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bien la Obra de los Hijos de María Auxiliadora y
que favorecieran las vocaciones de los adultos;
después añadió:
-Cuando el Cardenal Berardi habló al Padre
Santo sobre esta Obra dijo el Papa: <>. La razón es que, a
veces, los muchachos naufragan en la adolescencia,
pero después se rehacen a los dieciséis o
dieciocho años y también a los veinte.
((**It18.187**)) Al
tratar de las recomendaciones dadas por León XIII
para proteger a los jóvenes de la influencia de la
masonería, observó don Bosco:
-Bastará recomendar a los muchachos mayores que
no se inscriban en ninguna sociedad sin
consentimiento de sus padres y del párroco; pero
no se les hable de propósito en casa ni por la
prensa. Sería avivar la ira de los enemigos sin
ningún provecho.
Sobre las visitas de los Inspectores y de los
Superiores mayores a las casas, don Bosco
recomendó que se fuera siempre en nombre del
Superior y que se recomendase a los Hermanos la
observancia de las Constituciones, no en fuerza de
la autoridad, de quien manda (Yo quiero), sino en
fuerza de la obligación impuesta por las reglas.
-Ese yo quiero lo echa todo a perder, concluyó.
Para reforzar esta recomendación vienen aquí a
propósito unas palabras que él pronunció, el día
catorce de febrero de 1887, en el Capítulo
Superior. Al proponer que se diera mayor amplitud
a ciertos artículos del Reglamento, dijo:
-No se busque hacer demasiado prolijos y
detallados nuestros Reglamentos, cuando parezcan
algo concisos. Donde no sea necesaria una regla,
procédase con bondad paternal y ayuden los
súbditos a los Superiores a la buena marcha de la
casa.
Y he aquí un rasgo de aquella bondad de la que
él era ejemplo viviente. Ordenó repentinamente don
Francisco Cerruti a don Herminio Borio trasladarse
desde Lanzo a Randazzo. Al buen piamontés le
pareció que ir a Sicilia era confinarle al fin del
mundo, lo que le supo mal; y así se lo manifestó
por carta a don Bosco, el cual le respondió
paternalmente:
Querido Borio:
Vete tranquilo. Mi afecto y mi bendición te
acompañarán a donde quiera que vayas. Armate de
prudencia y de paciencia. Sé luz para tus
compañeros. Dios hará que nos podamos ver quizá
dentro de muy poco tiempo.
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