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He escuchado con gozo las palabras que se han
dicho. He entendido y saboreado vuestras
expresiones y vuestras promesas.
Ha dicho el señor Cura de la Gran Madre de Dios
que nadie aventaja a los muchachos de los primeros
tiempos del Oratorio en su amor a don Bosco. El
Señor ingeniero Buffa asegura que los amigos
cooperadores no van en zaga a nadie en el afecto
que me tienen y que, este afecto de miles y miles,
no tiene límites. Me toca ahora a mí decir a
quiénes quiero más. Mirad, he aquí mi mano: >>a
cuál de estos cinco dedos quiero más? >>De cuál de
ellos prescindiría? Ciertamente que de ninguno,
porque los quiero a todos y los necesito a todos
igualmente. Pues bien, os digo que os quiero a
todos y a todos igualmente y sin medida. Quisiera
deciros en estos momentos muchas cosas referentes
a mis hijos y a los Cooperadores Salesianos.
La propuesta del señor Cura de la Gran Madre de
Dios de animar a cada uno de los presentes a
incrementar la Obra de los Cooperadores Salesianos
es una ((**It18.161**))
propuesta de las más bonitas, porque los
Cooperadores son el puntal de las obras de Dios
por medio de los Salesianos... El Sumo Pontífice
León XIII no sólo es el primer Cooperador, sino el
primer operador. Os basta observar la fachada de
la iglesia del Sagrado Corazón. Ella os dice que
la obra de los Cooperadores, la obra del Papa, se
ha instituido para sacudir a muchos cristianos del
letargo en que yacen y difundir la energía de la
caridad. Esta es la obra que, en estos momentos,
parece de excepcional oportunidad, según ha dicho
el mismo Sumo Pontífice. >>Podría un hombre hacer
lo que hemos hecho nosotros? >>Podría un hombre
llevar la luz del Evangelio a tantos lugares y a
tanta distancia? De ninguna manera hubiera podido
hacerlo un hombre. No es don Bosco, íes la mano de
Dios que se sirve de los Cooperadores! Escuchad:
habéis dicho, en este momento, que la Obra de los
Cooperadores es querida por muchos. Y yo añado que
esta Obra se extenderá por todos los países y se
difundirá por toda la cristiandad. íVendrá un
tiempo en que el nombre de Cooperador querrá decir
verdadero cristiano! íLa mano de Dios la sostiene!
Los Cooperadores serán los que ayudarán a promover
el espíritu católico. Será una utopía mía, pero la
sostengo. Cuanto más combatida sea la Santa Sede,
más exaltada será por los Cooperadores; cuanto más
vaya creciendo la incredulidad por todas partes,
más levantarán los Cooperadores la antorcha
luminosa de su fe activa.
Después de despedirse de sus queridos amigos,
salió aquella tarde para Pinerolo con Lemoyne y
Viglietti. Había llegado de Pinerolo, para
recogerlo, el Rector del Seminario. A su llegada,
lo estaba esperando el Obispo con un coche
propiedad de un señor de la ciudad, que se lo
había cedido. Monseñor lleno de alegría, por tener
de nuevo consigo al Siervo de Dios, había hecho
preparar en su villa episcopal de San Mauricio,
alojamiento para él y para sus dos secretarios.
Con el repentino traslado a aquella altura, don
Bosco se encontró un poco agitado la primera
noche. Tuvo un largo sueño del cual, sin embargo,
sólo recordaba al día siguiente que lo habían
llamado con mucha prisa para ir a la estación y
que apenas si había llegado a tiempo para tomar el
tren; que pasó, luego, por un lugar donde se
libraba una gran batalla y que, de improviso, se
encontró en medio de la refriega.
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