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los trastornos que sufría. La sección de San
Segundo de la Unión Católica Obrera de Turín
celebraba el décimo aniversario de su fundación y
obtuvo que el convite fraterno se hiciera en el
Oratorio. Naturalmente invitaron a don Bosco a
presidir la mesa. Y, aunque el calor aumentaba sus
achaques, no supo decir que no; más aún,
disimulando su malestar dejó en los comensales la
impresión de que se encontraba muy bien. Al fin
llegaron los brindis; don Bosco escuchó sereno,
pero no tuvo fuerzas para responder en público;
con todo, terminado el banquete, los socios se le
acercaron y pudieron recibir individualmente
alguna buena palabra.
En el año de la canonización se discutió por
algunos si don Bosco había sido Terciario
franciscano o no. ((**It18.155**))
Ciertamente su nombre aparecía en una lista
antigua, pero no en los registros oficiales,
omitido quizás por inadvertencia; por eso, el año
1886, los Franciscanos de San Antonio, en Turín,
creyeron oportuno remediar la omisión, mandándole
el diploma de inscripción con fecha del día
primero de julio y calificándole de Patriarca de
los Salesianos. El documento iba acompañado de una
carta, fechada el día veintiocho de junio, en la
que el padre Cándido, director de la Sagrada
Tercera Orden, le decía: <>.
El Padre hubo de tener anteriormente algún
coloquio con don Bosco sobre el asunto, porque
añadía: <>. Está
claro que él había afirmado su pertenencia a la
Orden ab immemorabili (desde tiempo inmemorable)
1.
El día cinco de julio por la tarde, recibió una
visita muy importante. Anunciaron aquel mismo día
su llegada a Turín los príncipes Czartoryski,
padre e hijo, que se presentaron a don Bosco y
aceptaron la invitación para la comida del día
siguiente. Para honrar a los huéspedes
1 También se sabe de Pío X que se hizo
terciario franciscano, cuando era párroco en
Salzano, pero no se saben más detalles, porque
faltan documentos. (FACCHINETTI, L'Anima de Pío
decimo, Milán, Soc. Ed. <>, 1935,
pág. 371.)
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