((**Es18.131**)
Sur, en Patagonia, en las Pampas, en Argentina, en
Chile, en las islas de Ancud 1, y esto para
demostrar lo que allí hacemos y, por tanto, la
necesidad de ayuda.
El Capítulo aceptó la propuesta de Di Robilant,
mas no sin discutirla, y a condición de que todo
se hiciera poquito a poco y cuando se pudiera.
El cardenal Simeoni, nuevo Prefecto de
Propaganda, parecía haber heredado de su
predecesor, el cardenal Franchi, la desconfianza
sobre la capacidad misionera de los Salesianos.
Besaba la mano a don Bosco y hasta le tuteaba
familiarmente; pero el haberse opuesto al deseo de
monseñor Sogaro de hacerse salesiano, le parecía a
don Bosco un ((**It18.143**))
indicio de aquella su escasa confianza. Sin
embargo, estaba monseñor Domingo Jacobini,
secretario de dicha Congregación, que era <>, como se
expresó entonces don Bosco, y a él se debe que el
Cardenal Prefecto escribiese el día 26 de febrero
de 1887 a don Bosco: <>.
Resultó así que las dos Autoridades, una por
extender la influencia italiana en el extranjero
y, la otra, por dilatar el reino de Dios, se
encontraron favoreciendo la misma obra buena;
pero, dada la división existente entre los dos
poderes, todo se había desarrollado sin un
entendimiento recíproco y, por la parte italiana,
no por iniciativa del Gobierno, hostil a la
Iglesia, sino por el iluminado deseo del buen
Ministro piamontés. Este guardaba, de los fondos
secretos, un millón de liras para ayuda misionera;
pero como se supo más tarde por fuente segura de
la familia Di Robilant, Crispi hizo caer al
Ministro y dispuso de aquella cantidad.
Don Miguel Rúa envió a Egipto a los Salesianos
diez años más tarde, y fundaron el colegio de
Alejandría: para El Cairo hubo que esperar hasta
1925.
Otra circunstancia nos lleva a Roma a fines de
mayo. Mientras
1 Se refiere a la isla de Chiloé (región de Los
Lagos-Chile) donde está Ancud, que es el puerto de
más movimiento del sur de Chile.
(**Es18.131**))
<Anterior: 18. 130><Siguiente: 18. 132>