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((**Es18.117**) tan festiva acogida, estarían dispuestos a renovarla y yo me ofrecería nuevamente a sostenerle y librarle del asalto de las gentes. Porque tuve que sudar un poco para contener el ímpetu del pueblo, que quería besar la mano de un sacerdote pobre entre los pobres y lleno de achaques>>. Pero se había quedado con una gran pena: la de haberle dejado a disposición de los demás, sin haber tenido la oportunidad de hablar con él a solas cuando habría deseado mucho interrogarle sobre el método que empleaba para llevar las almas a Dios. Sí que le había preguntado cómo se las arreglaba para gobernar a tantos jóvenes con tan escaso personal, y don Bosco le había respondido que el secreto consistía en infundirles el santo temor de Dios; pero el Superior no había quedado satisfecho con esta respuesta. <>. Cuando se le leyó la carta 1, don Bosco exclamó: ((**It18.127**)) -Quieren que exponga mi método. íPero... si yo mismo no lo sé! Siempre he ido adelante según me lo inspiraba el Señor y las circunstancias lo exigían 2. No se sabe qué fue lo que le respondió o le hizo responder; pero ciertamente estas palabras quieren decir mucho en su sencillez. No significan, como nota don Bartolomé Fascie 3, que iba sin saber a dónde, sino que no se había enquistado dentro de un método estereotipado que <>. Efectivamente, su eminente espíritu práctico huía de las abstracciones. En realidad don Bosco hizo suyo un método preventivo, estudio hecho sobre el ánimo de los jóvenes, lejos, por consiguiente, del campo de la Pedagogía teórica. En la línea férrea de Montpellier a Valence, se encuentra Tarascón, donde es preciso cambiar de tren. Durante la espera de casi media hora se esparció la voz por el ambiente que el sacerdote vestido a la italiana era don Bosco, y la sala de espera se llenó de gente. Se veía que unos iban atraídos por la pura curiosidad y otros, por el contrario, acudían a pedirle devotamente su bendición. Llegó a Valence hacia las cuatro de la tarde. El párroco de la catedral, que quería mucho a don Bosco y a los Salesianos, le esperaba 1 Ap., Doc. núm. 20. 2 LEMOYNE, Vida del Venerable don Bosco, Vol. II, pág. 311. 3 B. FASCIE, El método educativo de don Bosco, S.E.I., págs. 20-22. (**Es18.117**))
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