((**Es18.116**)
donde precisamente se encontraban, cuando llegó su
ilustre tío. La mayor, nacida en 1867, estaba en
edad de decidir su porvenir. Visitó a don Bosco en
el seminario. No era la primera vez que lo veía;
porque cuando tenía ella ocho años fue con su
madre a Castelnuovo y ésta la llevó a Turín 1.
Recibióla él con conmovedora bondad y preguntóle
qué pensaba, a lo que respondió que quería ser
religiosa.
-Muy bien, le dijo mirándola con sus ojos
penetrantes; me interesaré por ti.
Luego añadió a la religiosa que la acompañaba:
-Yo asistí en sus últimos instantes a su
abuelo, hermano de mi padre. Si todos vivieran
como él, la muerte sería siempre hermosa como lo
fue la suya.
La joven entró en las Benedictinas de Sembel,
junto a Miols, departamento de Hérault, en donde
profesó en el 1893 y cambió su nombre de Paula por
el de María Leonor 2. Llegó a ser superiora del
convento y actualmente se encuentra en la abadía
de Pradines, departamento de La Loire 3.
((**It18.126**)) La
multitud de gente aumentaba de hora en hora,
perturbando seriamente la tranquilidad del piadoso
lugar, por lo que el Santo decidió no prolongar
más en él su estancia. Por eso, el día diez por la
mañana, después de desayunar en las Hijas de la
Caridad, atención que le dispensaron por mediación
de sus Hermanos, partió para Valence.
La hospitalidad que tan cordialmente le
brindaron en el Seminario de Montpellier, hizo que
se mantuviera una relación que no podemos olvidar.
Don Bosco envió desde Turín al señor Dupuy,
superior del Seminario, junto con su
agradecimiento, algunas de sus publicaciones y
entre ellas la Vida de San Vicente de Paúl. Y
aquél le respondió el dos de julio y tras darle
las gracias, le decía:
<(**Es18.116**))
<Anterior: 18. 115><Siguiente: 18. 117>