((**Es17.95**)
Después empezó a hablar de la iglesia del
Sagrado Corazón y preguntó:
->>Qué obras se están haciendo ahora?
Don Bosco explicó a qué punto había llegado el
edificio en construcción y cuáles eran las obras
en curso; habló de las dificultades que se habían
encontrado, del bien que ya se hacía en el
presbiterio terminado, que servía por el momento
de parroquia, del mes de mayo, al que asistía un
millar de personas cada tarde; del oratorio
festivo; de las escuelas con doscientos alumnos;
de la catequesis dominical, a la que acudían
trescientas muchachas; del hospicio que se iba a
construir y de los locales ya hechos o comprados,
que podrían dar cabida a unos cincuenta internos.
El Papa escuchaba con vivo interés la exposición,
cuando de pronto don Bosco se lanzó a decir:
-Querría pedir a Su Santidad me permitiera
expresar una idea mía.
-Diga, diga, contestó el Padre Santo.
-Esta iglesia, prosiguió don Bosco, es
católica, porque todo el mundo toma parte en su
construcción y este hospicio es para los
jovencitos de todas las naciones de la tierra. Yo
quisiera que Su Santidad figurara en esta obra.
-No debo negarme, dijo el Papa >>Y qué
propondría?
-Que Su Santidad asumiera el gasto de la
fachada de la iglesia del Sagrado Corazón. íSería
muy bonito que en ((**It17.102**)) el
frontispicio se leyese grabada esta inscripción:
Catholicorum pietas construxit; frontem autem
hujus ecclesiae Leo XIII Pont. Max. proprio aere
aedificavit!
->>Ya ha preparado la inscripción?
-Esta u otra mejor; con tal que exprese este
pensamiento.
El Papa se echó a reír.
->>Y por qué no? Acepto la fachada; la haré.
-Pero, Santidad, explicó don Bosco, no quiero,
sin embargo, que os quedéis sólo en la empresa de
edificar esta fachada; quiero ayudaros con lo que
pueda. >>No le trajo el otro día la condesa
Fontenay diez mil liras?
-Sí, es verdad.
-Pues bien, fue don Bosco quien le aconsejó que
hiciera este donativo. Dentro de poco, recibirá su
Santidad otras diez mil liras, y sé que otra
persona de Marsella se dispone a hacer otra
generosa ofrenda a Su Santidad para que se
continúen las obras de la iglesia.
-Sí, sí; queda, pues, concluido el negocio de
este modo.
-Padre Santo, le agradezco tanta bondad; pero
permítame añadir(**Es17.95**))
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