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distingue a vuestra Congregación de las otras, lo
que forma vuestro carácter, vuestra fisonomía. Lo
mismo que en todo hombre, que Dios envía al mundo,
graba una nota, que lo distingue de todos los
demás hombres, así también, como nos lo atestigua
la historia y lo vemos con nuestros ojos, sella
Dios a cada Congregación Religiosa con una nota,
con un carácter, con un sello que la distingue de
las demás Congregaciones. La orden de San
Francisco de Asís tiene el carácter procedente de
su misión y es la pobreza, con la que debían los
Franciscanos oponerse a un siglo, totalmente
entregado a la ostentación y a los placeres. La
Orden de Santo Domingo tuvo y tiene también su
carácter, la fe, porque debía combatir en un
siglo, en el que surgían ferozmente las herejías.
Haec est victoria, quae vincit mundum, fides
nostra. Ignacio y su Compañía de Jesús tuvieron
como carácter la ciencia, con la que debían
combatir la ignorancia de los que acusaban a la
Iglesia de ignorante, detener los avances del
Protestantismo, disputándoles el terreno palmo a
palmo, penetrar en las regiones ya ocupadas por
él, conquistar las almas no sólo con la santidad,
sino con el saber. Y dígase lo mismo de todos los
((**It17.93**)) demás
Institutos religiosos, que sería largo reseñar
aquí para considerar la nota singular de cada uno.
Vosotros los Salesianos tenéis, pues, una
misión especial que constituye vuestro carácter, y
yo, Cardenal de la Santa Madre Iglesia, al
predicar en este lugar de la verdad, no vengo para
adular o para disimular; hablo por tanto con toda
franqueza. Al hacer una comparación con los
fundadores de las grandes Ordenes religiosas,
Dominicos, Franciscanos, Ignacianos, don Bosco
supo inspirarse en las tres y sacar de cada una
algún elemento que sirviera al edificio de su
obra, la cual, sin embargo, se distingue de éstas.
Parece que vuestra Congregación responde a la
de San Francisco en la vertiente de la pobreza,
pero vuestra pobreza no es la de los franciscanos.
Parece que responde a la de santo Domingo, pero
vosotros no debéis defender la fe contra
preponderantes herejías porque éstas no sólo están
envejecidas, sino decrépitas y caducas y también
porque vuestro fin principal es la educación de la
juventud. Parece que responde a la de san Ignacio
en la ciencia, por el gran número de obras que
publicáis para el pueblo, y don Juan Bosco es
hombre de gran talento, de profundo saber y docto
en varias disciplinas; pero no lo toméis a mal, si
digo que no sois vosotros los que habéis inventado
la piedra filosofal.
>>Qué hay, pues, de especial en la Congregación
Salesiana? >>Cuál es su carácter, su fisonomía? Si
lo he comprendido bien, si he captado su concepto,
si no me oculta ningún velo la inteligencia, su
fin, su carácter especial, su fisonomía, su nota
esencial es la Caridad, ejercida según las
exigencias de nuestro siglo. Nos credidimus
caritati, caritas est Deus, y se revela por medio
de la caridad. El siglo actual sólo puede ser
seducido y arrastrado al bien por las obras de
caridad.
Hoy el mundo no quiere conocer, ni conoce, más
que las cosas materiales; no sabe nada, no quiere
saber nada de las cosas espirituales. Ignora las
bellezas de la fe, desconoce las grandezas de la
religión, repudia las esperanzas de la vida por
venir, reniega del mismo Dios. >>Podrá un ciego
opinar sobre los colores? >>Podrá un sordo
comprender las sublimes armonías de un Beethoven o
un Rossini? >>Podrá un idiota apreciar las
bellezas de una obra de arte? Así es el siglo
actual: ciego, sordo, obtuso para las cosas de
Dios y para la caridad. Este siglo sólo comprende
el medio de la caridad, pero no el fin ni el
principio. Sabe hacer el análisis de esta virtud,
pero no sabe componer su síntesis. Animalis homo
non percipit quae sunt spiritus Dei, como dice san
Pablo. Decid a los hombres de este siglo: hay que
salvar las almas, que se pierden; hay que
adoctrinar a los que ignoran los principios de la
religión; hay que(**Es17.88**))
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