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podré fácilmente encontrarme en casa y sentiría
mucho que llegara usted aquí en mi ausencia.
Que Dios les bendiga a usted, a su niña y a su
suegro y recen por mí que soy
Turín, 8-9-72
Su seguro servidor,
JUAN BOSCO, Pbro.
P. D. Al llegar a Turín, basta que diga a
cualquier cochero de punto: lléveme a don Bosco.
Eso basta.
X
Seis cartas de don Bosco al marqués Juan
Patrizi Montoro
A
En las conferencias anejas, de que se habla
aquí, véase lo que Lemoyne escribe de ellas en el
volumen V, pág. 338. Don Bosco había tratado de
ellas en casa del marqués Patrizi (1. c. pág.
619), que presidía en Roma las Conferencias de San
Vicente.
((**It17.880**)) Muy
apreciado en el Señor:
Antes de salir de Roma, tenía vivo deseo de
hablar una vez más con usted, para agradecerle las
grandes atenciones que había tenido conmigo y para
recomendarle las conferencias anejas aunque estoy
firmemente convencido de que hará lo que pueda sin
más recomendaciones. Hablé de usted y tendré que
hacerlo a menudo, porque me ha dado materia para
ello, y sea esto para mayor gloria de Dios.
El teólogo Murialdo, mi colega, me ha
participado que asistió a la Conferencia de
Nuestra Señora de la Encina y que le pareció bien
encaminada. Deo gratias: ánimo. Recomiende siempre
la cosa al abate Biondi y al abate Cattini. Tan
pronto como se encuentre con los jovencitos de la
conferencia aneja, salúdemelos cariñosamente en el
Señor y dígales que mis muchachos les tienen mucho
afecto y, al tiempo que rezan por ellos, les
recomienden firmeza y perseverancia.
Yo sigo recomendándole las Lecturas Católicas y
necesitaría que alguien me tuviese al día de
cuanto se hace a este propósito para saber si las
expediciones llegan puntualmente, si se detienen,
si hay que aumentar o disminuir el número de
ejemplares de los asociados.
Sin duda que las graves y diarias ocupaciones a
que atiende, le dejan poco tiempo libre, pero su
caridad sabrá encontrar algún ratito para
dedicarlo a las Lecturas Católicas.
Le ruego salude y dé las gracias a todos los
buenos señores que propagan estos libritos. Dios
se lo tendrá en cuenta. Si usted viniese por estas
tierras, no deje de acercarse a ver a nuestros
muchachos y nuestras conferencias; usted mismo me
dio alguna esperanza de ello.
(**Es17.760**))
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