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((**Es17.737**) Como el Señor bendijera la Obra y llegara a ser demasiado reducido dicho Oratorio, a fines de 1847 se abrió otro en Puerta Nueva, bajo el título de San Luis. Como las necesidades de los tiempos demostraran cada vez más la necesidad de educar y atender a los muchachos abandonados, en octubre de 1849 se volvió a abrir en Vanchiglia el del Angel Custodio, ((**It17.854**)) cerrado un año antes por el celosísimo sacerdote don Juan Cocchis, vicepárroco de N.¦ Sra. de la Anunciación. Entre los tres oratorios se llega a menudo al millar de muchachos. Por medio del recreo agradable, con la atracción de algunas diversiones, con clases de catecismo, instrucciones y canto, algunos adquirieron buenas costumbres y se dieron al trabajo y a la religión. Hay clases de canto todas las tardes y escuelas dominicales para los que pueden asistir y ya se dieron algunos ensayos y exámenes públicos, que dejaron plenamente satisfechas a las personas que intervinieron. Hay también una residencia para albergar de veinte a treinta muchachos para casos particulares de extrema necesidad, en la que, a menudo, se encuentran algunos. Hasta ahora se hizo todo con ayuda de algunas caritativas personas eclesiásticas y seglares. Los sacerdotes dedicados a esto de un modo particular son los teólogos Borel, Carpano, Vola, los reverendos Ponte, Grassino, Murialdo y Giacomelli y el profesor Marengo. El que suscribe, teniendo a su cargo la dirección de estos tres oratorios, cuyos gastos, por el alquiler de los tres locales sube a dos mil cuatrocientos francos al año, atendida también la manutención de las tres correspondientes capillas, donde se hacen todas las funciones en los días festivos y los gastos, que la grave necesidad por la que atraviesan algunos muchachos se hacen necesarios, teme no poder continuar, por la excesiva frecuencia con que ha de recurrir a las personas, que hasta ahora socorrieron estas obras. Y por eso, el que suscribe, considerando que el origen y las finalidades de dichos Oratorios son los mismos que los de la obra de la Mendicidad Instruida, humildemente invita a los Ilmos. señores de la Administración a que se dignen tomar en benigna consideración lo que arriba se expone y, considerando estos Oratorios como un apéndice de la Mendicidad Instruida, les suplica concedan la caritativa subvención que, según el saber y la bondad de Sus Señorías, parezca bien para continuar una obra que ya ha proporcionado, y se espera siga proporcionando cada vez más, el bienestar espiritual y aun temporal a muchos seres abandonados por la sociedad humana. Esperando el favor, etc. Turín, 20 de febrero de 1850. JUAN BOSCO, Pbro. B Ilustrísimos señores: Recordando todavía y agradecido a la subvención, que los beneméritos señores de la Pía Obra de la Mendicidad Instruida me asignaron hace ahora tres años en favor de los tres Oratorios fundados en esta ciudad, ((**It17.855**)) para recoger e instruir en los conocimientos elementales y en la religiosidad a la juventud abandonada y en peligro, me encuentro en la necesidad de tener que recurrir de nuevo a Sus Señorías Ilmas. en esta necesidad. (**Es17.737**))
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