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encontró buena y laudable, la recomendó con carta
del E. Cardenal Secretario de Estado, enviada a
Turín el día veinte del pasado octubre, tuvo la
alta dignación de anunciar la bendición apostólica
a todo el que colaborase en la noble y santa
propuesta, que calificó de VOTO NACIONAL DE LOS
ITALIANOS AL SAGRADO CORAZON DE JESUS.
Y ahora, cuando interesa cumplir la propuesta,
convertida en sumamente autorizada y se nos
presenta más simpática y atrayente, nos queda
todavía algo por desear, y es que el Episcopado,
para promover eficazmente el Voto del pueblo
italiano, dé el primer paso. Por eso, con la
esperanza de un bien grandísimo, se nos perdonará
si nos atrevemos a contar con los excelentísimos y
venerandos Arzobispos y Obispos de la Península,
pidiéndoles que se nos unan como compañeros y
protectores. La humilde súplica que les dirigimos
es ésta:
-Procuremos, enardecidos todos por el mismo
espíritu, recomendar a los fieles el ofrecimiento
de su limosna y encargar a los reverendos párrocos
que los animen y guíen al cumplimiento del voto;
procuremos también con ayuda de las Comisiones, de
los Congresos católicos, donde éstos se hallan
constituidos y de las demás sociedades piadosas
entre las que nos es grato recordar las de la
Juventud Católica y las de los Obreros, que se
fomente la obra y se abra, de la forma que se
considere más oportuna, la suscripción nacional.
Nos parece que prestarse a este acto solemne de fe
y de amor divino equivale a renovar la
consagración de nuestras diócesis al divino
Corazón de Jesús.
Sobre el frontis del nuevo templo de Roma, en
bellísima lápida de mármol, quedará grabada la
actuación de las diócesis italianas concurrentes;
figurará en el campo de la gloriosa lápida el
augusto nombre y el escudo soberano de León XIII.
Esa lápida, destinada a ser histórica y memorable
para todos, hablará de nosotros y de nuestra fe
hasta nuestros últimos descendientes. Italia es
eminentemente católica y quiere ser y permanecer
católica; quiere hacer de ello declaración
nacional en Roma. íHermosa idea, concepto
evangélico! El Papa que, sobre la piedra del
divino Corazón, abraza, como a hermanos, a los
Obispos de Italia; y los Obispos de Italia que
abrazan, a su vez, en sus propias diócesis y
llevan a los pies del Papa a todos los hijos de
Italia. El Corazón de Jesús, donde nosotros,
padres e hijos, pastores ((**It17.820**)) y ,
nos encontraremos unidos, será el centro de la
vida común. La bendición, que el Vicario de
Jesucristo anticipadamente nos comparte, es prenda
segura para Italia de la bendición de Dios.
Turín, 16 de julio de 1885,
fiesta de la Bienaventurada Virgen del Carmen
Atento
y seguro servidor,
>> CAYETANO, Cardenal Arzobispo
(**Es17.708**))
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