((**Es17.684**)
Termino ofreciéndole, con las mejores
bendiciones del Señor y de María Santísima
Auxiliadora, mis más respetuosos y agradecidos
saludos.
Tenga a bien, señora, rogar por mí, siempre
suyo en J. C. N. S.
18 de mayo de 1884
Su seguro servidor,
JUAN BOSCO, Pbro.
P.D. Mi secretario me asegura en este momento
que las medallas (Madre abandonada) no existen en
Roma; me dice que le ha enviado un paquete de
medallas de la Dolorosa, que él mismo presentó al
Padre Santo León XIII. Están, por tanto,
bendecidas por el Sumo Pontífice con todas las
indulgencias posibles.
E
Señora Lallemand:
De acuerdo con el consejo que le di en mi carta
del día diecisiete, tengo el honor de
adjuntarle...
No me queda más que confirmarle mi carta
anterior y, renovándole mis mejores augurios para
el año que viene y mil bendiciones del Niño Jesús,
me encomiendo siempre a sus valiosas oraciones.
Mil respetuosos saludos para usted y para la
señorita. Que la Santísima Virgen les consuele con
su maternal protección.
Su atento y humilde servidor
27 de diciembre de 1884
JUAN BOSCO, Pbro.
59
Carta de monseñor Mocenni a don
Bosco
SECRETARIA DE ESTADO
DE SU SANTIDAD
Rvmo. padre don Bosco:
Tuve el honor de recibir su carísima carta del
día catorce de los corrientes. Hablé con don
Francisco Dalmazzo sobre el destinatario de las
condecoraciones, pero no quiero privarme del gusto
de escribirle a usted.
((**It17.792**)) Le
digo, ante todo, que, en atención a usted, me
atreví a referir al Padre Santo la súplica en
favor del conde de Montigny, y el Padre Santo no
la quiso conceder. He dicho que me atreví, porque
está absolutamente prohibido que un dicasterio se
entremeta en los asuntos pertenecientes a otro. La
secretaría de Estado no puede proponer
condecoraciones más que para los diplomáticos.
(**Es17.684**))
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