Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es17.671**) 53 Carta de don Pablo Albera a don Bosco Muy querido Padre en J. C.: Ya está fundada la casa de París. Deo gratias! Hoy sábado, hace ocho días, fuimos recibidos por el M. R. d'Hulst, rector de la Universidad, el cual nos invitó a comer con el conde de Franqueville y el abate Pisani. Nos trató con la más exquisita bondad y nos presentó al Cardenal, que tuvo a su vez palabras muy halagadoras para don Bosco y los Salesianos. Después de comer, fuimos a casa del señor Olivier, abogado, que nos volvió a leer los diversos borradores preparados, que usted y don Miguel Rúa ya conocen. Se hicieron algunas observaciones y pequeñas variaciones, se dieron las aclaraciones necesarias y quedamos de acuerdo en que, el próximo martes, se firmarán las escrituras. La Sociedad Anónima, que se constituirá dentro de unos días, no presenta ningún inconveniente pues está formada por don Bosco y sus amigos y no queda obligada a pagar intereses, como la de Marsella, que ya estaba constituida cuando don Bosco entró en ella. La cesión del abate Pisani no podía estar mejor concertada para ahorrar gastos. El abogado Olivier y el conde de Franqueville están muy capacitados y animados de la mejor voluntad en favor de don Bosco. El abate Pisani había puesto demasiada carne en el asador, por lo que será muy difícil poder continuar en la misma línea. Sin embargo, he recomendado a don Carlos Bellamy que no introduzca ningún cambio en los comienzos y aproveche la colaboración de los jóvenes que frecuentan el Patronato. El abate Hugot, que se encuentra allí, seguirá en su puesto; pero nosotros siempre tenemos plena libertad para despedirle. Don Carlos Bellamy quedó francamente disgustado con la conducta del clérigo Berk y no quiso en absoluto que se quedara con él. He puesto la sotana a BessiŠre, el mejor de nuestros novicios, y se lo di por compañero. Hará mucho bien, aunque sólo sea con su ejemplo. Para vivir por ahora se valdrán del dinero, ((**It17.776**)) que tiene el conde de Franqueville y, mientras tanto, haciendo visitas, se podrá conseguir lo que haga falta. Si usted cree oportuno escribir a alguna persona para notificarle la instalación de la casa y sus necesidades, nos será muy favorable. Ruégole también que escriba una cartita a monseñor D'Hulst para agradecerle el recibimiento que nos ha hecho y mantener siempre su amistad. Todo lo puede en París, ante las autoridades eclesiásticas, y puede sernos muy útil ante los seglares. Presenté al Cardenal los saludos de don Bosco, en cuyo nombre fui. La casa de Saint Ouen sigue todavía en proyecto; es más, el cura párroco de la Madeleine propone abandonar el proyecto de esa casa y comprar otra en M ontmorency, algo más lejos de París. La señora Meissonnier compraría un castillo, en lugar de construir. El Cura párroco se inclina por este nuevo proyecto. Haría falta pensar en ello y escribirle. El se funda en el principio de que ya se ha puesto un pie en tierra en París. Le ruego lo piense y manifieste a tiempo sus ideas al Cura párroco de la Madeleine. Perdone esta larga carta, acepte nuestros buenos augurios y nos bendiga a todos Su humilde hijo, P. ALBERA (**Es17.671**))
<Anterior: 17. 670><Siguiente: 17. 672>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com