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5. DON ANTONIO SALA presenta la cuestión,
suspendida en la última sesión, sobre si la
construcción del Hospicio tenía que confiarse a
Cucco por contrata o por administración. Vuelve a
recordar la gran cantidad de materiales que hay en
el patio. Don Antonio Sala querría que se
terminase primero la iglesia y se siguiera después
con el hospicio; así no se enredarían dos obras.
Si Cucco llevase la iglesia por administración y
el hospicio por contrata, haría falta una valla,
para separar los materiales de la iglesia de los
del hospicio, harían falta dos fosos de cal, etc.
Se necesitarían albañiles distintos para cada una
de las dos partes; de lo contrario >>cómo impedir
que los albañiles de una parte fuesen llamados por
el maestro de obras a trabajar en la otra, que los
carreteros no descargaran en un patio el material
destinado para el otro?, etcétera. La cuestión es
muy grave para la economía.
EL CAPITULO delibera que el empresario Cucco
edifique por administración la iglesia y el brazo
que da a la calle de San Lorenzo. Al final, se
hará el inventario exacto de todo el material que
quede en el patio. Después, para la construcción
del resto del edificio, se convendrá ((**It17.764**))
hacerlo por contrata con Cucco y se le cederá el
material existente valorando la cantidad que
deberá sustraerse de la deuda total que se pactará
con él para el pago de las obras.
6. DON BOSCO expone que el conde Colle de Tolón
piensa ayudar todavía al gasto de la iglesia y el
hospicio, pero que desea poner él mismo la piedra
angular de dicho hospicio. Sería preciso fijar
esta ceremonia para el mes de abril.
EL CAPITULO delibera que la piedra angular del
hospicio se pondrá en el mes de abril sobre los
cimientos del brazo de la calle de San Lorenzo.
7. DON BOSCO pregunta si el ingeniero
Vespignani sabe que el ingeniero Vigna y el
empresario Cucco han hecho los planos del hospicio
que él deseaba construir.
DON ANTONIO SALA dice que Vespignani mismo
cuando vino a ver el hospicio de San Juan, afirmó
que no está enterado de nuestras necesidades. Por
consiguiente, esto equivalía a dejarnos en plena
libertad.
DON BOSCO advierte que hay que obrar con
prudencia, porque, a estas gentes nunca les faltan
pretextos. Hemos quedado bastante atados a él con
la iglesia. Sin embargo, no hemos convenido nada
para el hospicio con Vespignani, y él no puede
inmiscuirse en ello. Hemos de buscar todos los
medios para emanciparnos.
DON ANTONIO SALA observa que el ingeniero
Grazioli, que va siempre a visitar las obras del
Sagrado Corazón, cuando vea comenzar las
excavaciones, podrá hacer alguna observación.
DON BOSCO dice que se cargue toda la
responsabilidad sobre sus hombros; don Bosco lo ha
ordenado. Terminada la iglesia, es preciso que
todo quede en nuestras manos. En esto no tiene por
qué inmiscuirse Vespignani.
DON ANTONIO SALA añade que, en un principio,
Vespignani esperaba hacerlo todo; pero que, con
las palabras que le dijo, parece haber renunciado
a toda pretensión. Esta palabra nos pone a
cubierto.
Con las oraciones acostumbradas, se levanta la
sesión a las doce y veinte minutos.
Sala del Capítulo, Valsálice 12 de septiembre
de 1884
JUAN BAUTISTA
LEMOYNE, Pbro. Secretario.
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