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muchos jovencitos buenos, con un corazón tan bien
dispuesto que saben corresponder a los muchos
cuidados que tienen con ellos el Director y los
demás Superiores.
Nunca os olvidaré y rezaré, como siempre, al
Señor para que se digne haceros crecer en piedad y
en ciencia, para que continuéis siendo buenos y
llenos de salud y os lleve un día al paraíso,
donde también yo espero tomar parte en aquella
fiesta eterna.
Rogad por mí a fin de que el Señor me ayude a
trabajar todavía por su gloria los pocos años que
me quedan de vida. Dándoos las gracias de todo
corazón os bendigo y deseo un año feliz con la
gracia de Dios. Sed obedientes, recibid a menudo
la Santa Comunión, tened mucha devoción a nuestra
Madre María Santísima y seréis dichosos en el
tiempo y en la eternidad.
Aquí tienes, querido Tamietti, las palabras que
don Bosco me ha dicho te escribiera. Está enfermo
y necesita oraciones. Es la tercera vez que guarda
cama en el breve espacio de un año.
Don Bosco te saluda y contigo a todos los
Salesianos. Espera levantarse pronto, pero este
frío no deja de ser una de las causas de su
malestar. Muchos saludos.
JUAN
BAUTISTA LEMOYNE, Pbro.
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Dificultades en Patagonia
A
CARTA DE DON JOSE FAGNANO A DON
BOSCO
Queridísimo don Bosco:
Deo gratias. El Señor nos ha visitado con
tribulaciones; ahora parece que se van calmando y
que vuelven las cosas a su cauce normal. Le
contaré brevemente la historia.
El territorio de Patagonia y las orillas del
Río Negro están bajo la jurisdicción del
Gobernador de Patagonia, general de Brigada
Lorenzo Winter, que tiene, además, el mando del
ejército de la frontera acantonado a orillas de
los ríos Negro, Neuquén y Limay. Todo marchaba
bien y el Gobernador era amigo nuestro. Pero >>qué
quiere usted? Se planteó la cuestión religiosa en
Buenos Aires, capital de la República, por parte
del Gobierno nacional, y el Gobernador, imbuido en
falsos principios y quizá también obligado por el
Presidente de la República, a causa de una
imprudencia de don Domingo Milanesio, rompió con
todos nosotros e hizo realmente cuanto pudo para
echar a los Salesianos de Viedma, capital de
Patagonia y también de Patagones, que pertenece a
la provincia de Buenos Aires, donde tenemos la
casa principal: llegó al extremo de hacer que se
nos calumniase ante el Arzobispo por medio de
personas dependientes de él.
Hice cuanto pude para calmar al Gobernador y,
al mismo tiempo, envié al Arzobispo mi defensa,
pues las acusaciones e injurias en los dos
periódicos del país iban dirigidas contra mí.
Redoblamos las plegarias por las personas que
nos perseguían y actuamos con prudencia en todo,
pero en vano; porque los diarios católicos,
enterados del hecho
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