((**Es17.599**)
vengan, vengan a mí estos muchachos santificados
de esta manera; vengan, porque quiero estampar en
su frente un beso de padre. Pero, mientras tanto,
es justo que yo ame y proteja la obra salesiana,
que me proporciona esta felicísima suerte.
((**It17.698**)) 3.°
Jesucristo recomienda en el Evangelio la oración y
nos asegura que donde están reunidas en su nombre
algunas personas se encuentra El en medio de
ellas: Ubi sunt duo vel tres congregati in nomine
meo, ibi sum in medio eorum. Las iglesias de una
manera particular, los oratorios, las casas de
educación, donde se juntan almas piadosas, donde
se elevan fervorosas oraciones, donde resuenan
cánticos sagrados, donde se piensa, donde se
habla, donde se trabaja por la gloria de Dios, son
las casas del Señor, son los lugares, a los que El
tiene vueltas sus amorosas miradas, es más, son
los lugares, donde El habita y se entretiene como
padre en medio de sus hijos e hijas: Ubi sunt duo
vel tres congregati in nomine meo, ibi sum in
medio eorum.
-Ahora bien, >>qué ha hecho don Bosco con sus
Salesianos, con sus cooperadores y con sus
cooperadoras? Ha levantado casas, oratorios,
capillas, iglesias tan hermosas como ésta adonde
acuden miles de personas para rezar y cantar
himnos al Señor; ha multiplicado los lugares,
donde habita personalmente Jesucristo en el
sagrario, lugares donde El reside con su espíritu
de bondad y de misericordia, donde concede perdón
al pecador, perseverancia al justo, alivio al
enfermo, ánimo al débil, consuelo al afligido. De
esta manera, la obra de don Bosco, la obra de los
Salesianos ha promovido y promueve eficazmente la
práctica de la oración. Ella es, pues, una obra
conforme al espíritu del Evangelio y, por tanto,
yo debo amarla y fomentarla; amarla y fomentarla
tanto más cuanto que muchos de estos lugares de
oración se levantan en esta mi archidiócesis y en
favor de las almas confiadas a mi pastoral
cuidado.
4.° El santo Evangelio quiere que todos los
hombres formen una sola familia, un solo rebaño
bajo un solo pastor y padre; manda, por
consiguiente, la unidad de fe y condena la
discordia en religión, detesta las herejías. El
divino Maestro pedía que sus discípulos estuviesen
por gracia tan unidos de mente y corazón como para
formar una cosa sola entre sí, como El y el divino
Padre son una sola cosa por naturaleza: Ut sint
unum sicut et nos. Para obtener esta unidad, El
estableció jefes visibles de su religión a san
Pedro y a sus sucesores, los Pontífices Romanos, y
mandó a todo fiel obedecer a su Iglesia, bajo pena
de ser considerado como un pagano y un
excomulgado: Si ecclesiam non audierit, sit tibi
sicut ethnicus et publicanus. La unidad de fe y de
religión es, pues, según el espíritu del
Evangelio; más aún, es querida y mandada por
Jesucristo; por consiguiente, todo el que se
industria por conservar esta unidad misma hace
algo eminentemente evangélico y según la voluntad
de Dios.
Y esto precisamente hace nuestro querido don
Bosco. El trabaja con su institución por obtener
esta unidad de fe de diversas maneras, pero
especialmente oponiéndose de cerca a la herejía
del protestantismo. Por eso, en Roma, en
Florencia, en La Spezia, en Ventimiglia, junto a
las escuelas e iglesias de los protestantes, se
levantan escuelas e iglesias católicas para
impedir que estos herejes siembren sus errores y
perviertan la mente y el corazón de los católicos.
((**It17.699**)) Aquí
en Turín vemos lo mismo; también aquí don Bosco y
los Salesianos promueven la unidad de fe y
combaten la herejía. Recorriendo esta magnífica
avenida, encontramos en cierto punto, que una
capilla, un templo protestante, y nuestro corazón
queda dolorido; pero, a los pocos pasos, nos
encontramos con alegría esta hermosa iglesia de
San Juan Evangelista que, por obra de don Bosco y
gracias a las aportaciones de sus cooperadores y
cooperadoras, está aquí como centinela para
impedir que avance el error llevando la división y
la confusión a las almas de los turineses. Así,
pues, la obra de los Salesianos
(**Es17.599**))
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