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posible. Yo no sabría qué otro consejo darle. No
encuentro desarreglos orgánicos; intentemos, por
tanto, remediar su extremada debilidad general.
Rogáronle que extendiese un diagnóstico
pormenorizado y prescribiese los remedios más
eficaces, y se prestó a ello con gusto.
He aquí su informe:
Los informes, que me proporcionó el Rvmo. Padre
don Bosco, acerca de los antecedentes y el
resultado de las investigaciones, que yo mismo
hice, nos autorizan a reconocer en él la
existencia de un estado morboso general y local en
el hígado.
A. Elementos generales:
1.° Debilidad general con anemia.
2.° Una dirección de flujo hacia la mucosa del
aparato respiratorio.
3.° Erectismo nervioso.
4.° Tal vez también un residuo de infección
palúdica.
((**It17.58**)) B.
Elementos locales:
5.° Algo de irritación en la mucosa bronquial,
resultante de la repetición de los movimientos del
flujo.
6.° Ligero aumento del volumen del hígado.
Estos diversos elementos son la base de las
indicaciones terapéuticas principales. Se tendrá
que poner remedio con el auxilio de los medios
siguientes:
1.° Tomar mañana y tarde, inmediatamente antes
de cada comida, una cucharada de vino de Vial
(fosfato de cal, pulpa de tamarindo y quina).
2.° Beber medio vaso de Vals, fuente Dominique,
mezclada con el vino en las comidas.
3.° Tener libre el vientre tomando a intervalos
(una vez a la semana) por la noche a la hora de
acostarse una cucharadita de café con polvo de
Vichy del doctor Soulegoce en un cuarto de vaso de
agua.
4.° Régimen alimenticio mixto: carne con
verdura cocida, huevos pasados por agua,
lacticinios.
5.° Alternar cada mes durante diez días, el
agua de Vals con la de la Bourbade, a beber en las
comidas.
6.° Dejar por algún tiempo los trabajos
habituales y sobre todo las tensiones de espíritu
prolongadas.
Marsella, 25 de marzo de 1884
Firmado, COMBAL
Cuando el Santo tuvo en sus manos la hoja, dijo
al Doctor:
-No sé cómo expresarle mi gratitud. Sé que
usted es generoso, pero quiero que, al menos, no
tenga usted que cargar con los gastos del viaje.
-De ningún modo, contestó con brío el Doctor.
He esperado mucho el precioso momento de ver a don
Bosco y este momento ha llegado. Mi recompensa
consiste en poder decir que he visto a don Bosco.
No le toca a usted, sino a mí estar agradecido. Le
debo a mi(**Es17.59**))
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