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no dejaré de rogar cada día por la buena marcha de
su salud y la de todas las personas y asuntos que
le afectan>>.
Dos cartas, rebosantes de gratitud, dirigió al
benemérito ingeniero Levrot, de Niza. El día
diecinueve de julio, al dorso de una estampita de
María Auxiliadora, escribió para él estas líneas:
<>. En la primera cartita, agradece
a él y a otro señor enfermo los donativos que
ambos le habían hecho.
Muy querido señor Caballero:
Creo que, a estas horas, don Miguel Rúa ya
habrá dado de mi parte las debidas gracias a
usted, querido señor Levrot, y al generoso señor
Montbrun.
Mi vista y las demás energías vitales han
mermado mucho y apenas si puedo valerme de ellas;
sin embargo, la bondad de dicho benemérito Señor
merece especiales expresiones de gratitud y,
también, plegarias especiales a Dios por su salud
1.
Con este fin, he dispuesto que, hasta Navidad,
se celebre diariamente una misa en el altar de
María Auxiliadora con las correspondientes
oraciones y comuniones por parte de nuestros
jóvenes.
Tantas plegarias no resultarán ciertamente
infructuosas ante el trono de María y espero
abundantes bienes espirituales y temporales para
nuestro querido enfermo.
Por lo demás, a usted, señor Caballero, le doy
mis humildes gracias por la especial ((**It17.685**))
protección que nos presta en favor de nuestros
huerfanitos; y rogando a Dios que conserve a usted
y a su familia en buena salud y en su santa
gracia, tengo el sumo placer de poderme profesar
en J. C.
Turín, 21 de septiembre de 1885
Afmo. amigo,
JUAN BOSCO, Pbro.
La segunda carta anticipa la felicitación de
Navidad y año nuevo. Manifiesta también su amistad
con el ingeniero por el esfuerzo que ha de hacer
para escribir con motivo de su salud.
Muy ilustre y querido señor Caballero:
No quedaría satisfecho si no escribiera al
menos unas palabras a V. S. carísima. Rezamos cada
día por V. S. y su familia; pero, durante esta
novena, en este final y comienzo de año, deseo que
se intensifiquen dichas oraciones y comuniones, a
fin de que el Señor les conserve a todos en buena
salud y en el camino del Paraíso, para que allí se
vea ampliamente recompensada la gran caridad que
ha hecho y sigue haciendo a los pobres Salesianos.
Quieran ustedes también rezar por mí y
considerarme en J. C.
Turín, 13 de octubre de 1885
Afmo. y seguro servidor,
JUAN BOSCO, Pbro.
1 De otra carta de don Bosco a Levrot, se
deduce que este bienhechor murió el día primero de
agosto de 1886.
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