((**Es17.566**)
Dime, >>cómo has estado este año en moralidad, de
obras o de pensamientos? >>Hace mucho tiempo que
te has corregido? O bien: >>hace mucho que tienes
esa costumbre? Si uno hubiese estado manchado
hasta los últimos días, es necesario disuadirle de
seguir adelante, a menos que ofrezca indicios
suficientes de vocación y se manifieste en él una
voluntad resuelta de acudir a los medios
necesarios para triunfar. Estad atentos, sin
embargo, e id con tiento al interrogar a los
tímidos: ayudadles con caridad, pero mirad bien
antes con quiénes se abren, para no cometer
imprudencias. Se puede iniciar así: Si quieres que
te dé un buen consejo sobre tu vocación, >>me
permites que te pregunte cómo va tu moralidad?
etc. Esta pregunta hay que hacerla siempre en tal
examen.
En la sesión del día siguiente, tocó el tema de
la imparcialidad en las admisiones y dijo:
-Hay que estar muy atentos a la hora de
aceptar, ((**It17.660**)) para
no dejarnos sorprender por la benevolencia o la
malevolencia; que no sirva de norma, para aceptar
o rechazar a alguno, la inclinación personal del
votante. Digo esto, porque me parece haber notado
que algunos han sido admitidos por miramientos
personales o de amistad. Prefiérase siempre el
bien general al particular. No debe pesar en
nosotros el amor propio y no hay que dejarse
llevar por si las personas nos resultan simpáticas
o antipáticas. No hay que seguir ideas
preconcebidas, por si congeniamos o no. Nuestro
bien particular no tiene que ver nada con el bien
general.
Respecto a cierta clase de postulantes, los
hijos ilegítimos, tenía una palabra de León XIII,
que expresó el día trece de julio:
-Cuando se trata, dijo, de hijos ilegítimos,
naturales o bastardos, si son secretos, no hace
falta pedir dispensa para ingresar en una Orden
religiosa; estos defectos quedan anulados con la
profesión religiosa. Si hay que pedir esta
dispensa, hágase escribir al mismo individuo que
quiere entrar en Congregación, pero no se exprese
en la petición en qué Congregación desea ingresar.
Estúdiese, sin embargo, la cuestión, desde el
punto de vista moral y canónico para saber a qué
atenerse. No se olviden nunca las palabras que
León XIII dijo a don Bosco a propósito de los
bastardos: <>.
De todo esto había hecho una especial
recomendación a don Celestino Durando el cardenal
Guibert, arzobispo de París. Cuando fue
(**Es17.566**))
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