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allí a cuatro de los miembros de la Comisión
provincial que ha de constituirse y que
pertenezcan a aquella Inspectoría, para no
obligarles a desplazarse a Piamonte, con la
consiguiente incomodidad, y allí examinar todos
los documentos y hacer el primer escrutinio.
En cuanto a la presidencia, don Bosco resolvió
el asunto de este modo:
-Debe presidir el Director de la casa de
noviciado. No obstante, por ahora, hasta que no
esté todo bien organizado, la presidencia la
ostentará un miembro del Capítulo Superior, a
designar; pero éste no formará parte de la
Comisión general, según los decretos.
Sucedía, a veces, que algunos aspirantes
aprendices no se sentían dispuestos a inscribirse
por la repugnancia que tenían de ir a San Benigno.
La razón estribaba en que, deseosos de aprender su
oficio, advertían que allí faltaban medios y
comodidad para ello. Don Bosco, oído el reparo,
dijo el día veinticuatro de agosto:
-Tratándose de estudiantes, no haría jamás
excepciones; pero, tratándose de aprendices, no
tendría dificultad para inscribirlos en ciertos
casos concretos, dispensándolos de ir a San
Benigno.
No era suficiente aceptar los coadjutores que
solicitasen ((**It17.659**)) ir,
sino que también había que buscarlos.
-Es preciso que encontremos buenos coadjutores,
dijo don Bosco el día dieciocho de septiembre.
Para ello pongámonos en contacto con los párrocos
y preguntémosles si hay en sus pueblos algún buen
mozo de confianza, de moralidad segura, piadoso y
deseoso de retirarse del mundo, y roguémosles que
tengan a bien dirigirlos a nosotros.
Don José Lazzero objetó que, más bien, sucedía
que los mismos párrocos acudían a los Salesianos
para tener a su servicio este tipo de personas.
-Eso no importa, replicó don Bosco, hágase
igualmente esta pregunta a los párrocos más
conocidos. Don Moisés Veronesi ha hecho así y ha
logrado tener cierto número de coadjutores
verdaderamente buenos y de confianza.
Ya hemos visto cómo don Bosco sugería, de vez
en cuando, normas prácticas para proceder con toda
la cautela posible en la admisión al noviciado. En
la sesión de la tarde del día veinticuatro de
agosto, tomó la palabra y dijo así:
-Cuando se trata de jóvenes que quieren entrar
como novicios en la Congregación Salesiana y,
especialmente como clérigos, hay que hablarles con
toda confianza sobre la moralidad. Dígaseles: >>Te
parece bien que te haga una pregunta? Responderá
afirmativamente.
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