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texto de la carta y a cada una de las partes de su
contenido, multiplicando sus copias y haciendo de
ella tema de conferencias, circulares y sermones a
los Hermanos.
Bueno será añadir aquí a las dos cartas
anteriores una tercera dirigida por aquellos
mismos días al Director del colegio de San Nicolás
de los Arroyos, porque, además de llevar
aproximadamente la misma fecha, revela también las
mismas preocupaciones.
Mi querido Tomatis:
Raras veces recibo carta tuya, por lo que
pienso que tienes mucho que hacer, y así lo creo;
pero me parece que no debes descuidar en medio de
tus ocupaciones dar noticias tuyas a tu querido
don Bosco. >>Preguntas qué vas a escribir? Pues
mira. Escribe sobre tu salud y la de nuestros
hermanos; si se observan fielmente las reglas de
la Congregación; si se hace y cómo se hace el
ejercicio de la buena muerte. Di el número de
alumnos y las esperanzas que te ofrecen de éxito.
>>Haces algo para cultivar las vocaciones, esperas
sacar alguna? >>Sigue siendo monseñor Ceccarelli
verdadero amigo de los Salesianos? Recibiré con
placer estas respuestas.
Como mi vida camina a paso acelerado hacia su
término, quiero escribirte en esta carta las cosas
que te recomendaría en los últimos días de mi
destierro. Mi testamento para ti.
-Querido Tomatis, ten grabado en la mente que
te has hecho salesiano para salvarte; predica y
recomienda a todos nuestros hermanos la misma
verdad.
Recuerda que no basta saber las cosas, sino que
hay que practicarlas. Dios nos ayude a fin de que
no sean para nosotros las palabras del Salvador:
Dicunt enim et non faciunt. Procura mirar tus
asuntos con tus ojos. Cuando uno comete faltas o
tiene descuidos, avísale en seguida y no aguardes
a que se multipliquen los males.
Con tu ejemplar manera de vivir, con la caridad
en el hablar, en mandar, en soportar los defectos
ajenos, se ganarán muchos para la Congregación.
Recomienda constantemente la frecuencia de los
Sacramentos de la confesión y comunión.
Las virtudes, que te harán feliz en el tiempo y
en la eternidad, son la humildad y la caridad.
Sé siempre el amigo, el padre de nuestros
hermanos; ayúdales todo lo que puedas en las cosas
espirituales y materiales; pero que sepas servirte
de ellos en todo lo que puede contribuir a la
mayor gloria de Dios.
((**It17.631**)) Cada
uno de los pensamientos que expreso en esta carta
necesita alguna explicación; tú puedes hacerla
para ti y para los otros.
Dios te bendiga, mi siempre querido Tomatis; un
cordialísimo saludo para todos nuestros hermanos,
amigos y bienhechores. Diles que, cada mañana, en
la santa misa rezo por ellos y que me encomiendo
humildemente a las oraciones de todos.
Haga Dios que después podamos un día alabar el
santo nombre de Jesús y de María en la eterna
bienaventuranza. Amén.
Dentro de poco te escribiré o haré que te
escriban otras cosas de alguna importancia.
María nos tenga a todos firmes y nos guíe por
el camino del cielo. Amén.
Mathi, 14 de agosto de 1885
Vuestro
afmo. amigo en J. C.,
JUAN BOSCO, Pbro.
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