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Sagrado Corazón de Jesús y entregada a los
Salesianos. Los Cooperadores construían junto a la
iglesia un gran edificio con capacidad para cien
internos, por lo menos, y sin contar los externos.
El buen Prelado hubiera querido extender en
seguida la escritura de entrega de la iglesia y
del colegio; pero no lo consintió don Luis
Lasagna, pues le faltaba todavía la explícita
aprobación de don Bosco. Pero, íntimamente
convencido de la necesidad de apresurar aquella
fundación, escribió una cariñosísima carta al
amado Padre, suplicándole encarecidamente que
procediera a ello sin demora. El Obispo cobró
tanto aprecio a don Luis Lasagna en las dos
visitas que solía decir que era él para con don
Bosco lo que Francisco Javier había sido para con
san Ignacio de Loyola.
La llegada de monseñor Cagliero a Montevideo
había sido celebrada por los Salesianos con doble
júbilo, por la dignidad episcopal de que estaba
investido y por el refuerzo de personal que
llevaba a la Inspectoría; era, además, portador de
la alegre noticia para la Inspectoría de que don
Bosco dejaba a la prudencia del propio Monseñor
decidir sobre la fundación de la casa de Sao
Paulo. Después de maduras reflexiones e invocar
las luces del Cielo, se estableció ((**It17.621**)) poner
en seguida manos a la obra. La nueva casa debía
titularse Liceo del Sagrado Corazón; fue propuesto
como director don Lorenzo Giordano, vicedirector
de Villa Colón. Don Luis Lasagna, que le había
conocido en el colegio de Lanzo como un jovencito
piadoso e inteligente, lo apreciaba mucho y no
quedaron frustradas sus fundadas esperanzas.
Don Lorenzo Giordano zarpó de Montevideo con
dos compañeros el día quince de mayo. Después de
cinco días de navegación llegó a Niterói; desde
allí, pasó, el día primero de junio, a la capital
del Estado de Sao Paulo. Como en otras partes, los
principios se presentaron humildes y laboriosos.
Pasados los primeros entusiasmos con que los
habían recibido, faltó el dinero para proseguir la
construcción. Los mismos Salesianos no encontraron
preparadas ni las habitaciones para su vivienda,
de modo que don Lorenzo Giordano se hospedó en el
hospital, repleto de italianos, y los otros dos
recibieron caritativa hospitalidad en casa de las
Hermanas de Nuestra Señora de la Luz. Pero no se
quedaron mano sobre mano; además de atender a la
iglesia y al hospital, se dedicaban a visitar
colonias de emigrantes italianos, donde
encontraban amplio campo para su celo 1.
1 Carta de don Lorenzo Giordano a don Bosco y a
don Miguel Rúa, Sao Paulo, 14 de agosto y 5 de
septiembre de 1885.
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