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en vida de don Bosco escisiones entre sus
diferentes casas y tampoco se manifestó a su
muerte movimiento alguno colectivo ni individual
contra sus disposiciones, y la marcha siguió su
camino como cuando él las gobernaba>>.
Con las palabras dichas más arriba el Santo
apunta también a la inmadurez de los sujetos
enviados a las casas. Si don Bosco hubiese
esperado para actuar hasta haber tenido hombres
perfectos, habría muerto ((**It17.588**))
dejando una triste herencia; pero, sobre este
punto, es claro y decisivo el juicio de monseñor
Tasso, obispo de Aosta, exalumno del Oratorio y
sacerdote paúl. En su deposición sobre la
prudencia del Siervo de Dios, se expresó en los
términos siguientes 1: Pareció a algunos que
traspasaba los límites de la prudencia, al
emprender obras grandiosas sin los medios
adecuados y al enviar para dirigir los primeros
colegios e institutos a hombres que no parecían
suficientemente preparados; pero en esto yo admiro
más su gran confianza en Dios y, visto el óptimo
resultado de aquellos institutos, puedo y debo
deducir que poseía luces especiales del cielo>>.
1 L. c. $ 94.
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