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subvención, único recurso de aquella paupérrima
Casa, quedaba suspendida hasta nuevas
disposiciones de Vuestra Santidad 1.
Agobiado por las dificultades e impotente para
proseguir yo solo la obra emprendida, acudo a Vos,
Beatísimo Padre, a fin de que os dignéis continuar
con la caridad y benevolencia, que hasta ahora
tuvisteis, enviándonos la mencionada subvención
mensual. Mucho me dolería ver desaparecer un
Instituto, comenzado con tan felices auspicios,
encaminado hasta ahora tan felizmente, gracias al
auxilio de Dios y a la generosa caridad de Vuestra
Santidad, y llegado a ser cada día más necesario
por la escasez de clero en La Spezia, por la
excesiva cantidad de niños pobres y abandonados y
por las insidias de los vecinos protestantes,
cumplidamente provistos, por desgracia, de
Hospicio, Escuelas y Templos por la secta. Por
nuestra parte, Beatísimo Padre, estaremos
eternamente agradecidos a la caridad, que
imploramos de Vuestro paternal corazón, y
Salesianos y alumnos, sobre todo los de la casa de
La Spezia, elevarán cada día a Dios y a María
Auxiliadora las más fervientes oraciones por la
incolumidad de Vuestra Santidad, nuestro generoso
bienhechor.
Dignaos, Beatísimo Padre, aceptar los
sentimientos de la más sincera gratitud y
devoción, con la que, implorando sobre mí y sobre
toda la Congregación Salesiana Vuestra apostólica
bendición, me siento feliz al profesarme de
Vuestra Santidad,
Turín, 1 de diciembre de 1885
Humildísimo y
obedientísimo hijo,
JUAN BOSCO, Pbro.
El Cardenal informó sobre la carta al Papa y
escribió después a don Bosco el día 24 de febrero
de 1886: <((**It17.578**))
tiempos le obliga a sostener aquí en Roma, ponen
un límite a su caridad y frenan los ímpetus de su
corazón de padre. Mas, para demostrarle lo mucho
que aprecia a la Institución que usted tan
dignamente dirige, me ordenó le remitiera, por una
sola vez, la cantidad de cinco mil liras que,
obedeciendo a los soberanos mandatos, me honro
enviarle por giro postal sobre el Banco
Nacional>>.
1 Aquí se ha incurrido en un error con respecto
al mes de la suspensión, como se deduce de esta
carta al señor Sigismondi, fechada en el Vaticano
a 10 de octubre de 1885.
Excelentísimo señor Alejandro:
Me apresuro a comunicarle que, habiendo vuelto
a monseñor Folchi para la acostumbrada asignación,
me ha contestado que la administración tenía
facultad para pagar la asignación al Instituto de
La Spezia hasta el mes de agosto del corriente
año, esto es, hasta cumplirse la restitución del
préstamo. Y, para que dicha asignación pudiera
continuar, es necesario pedir directamente al
Padre Santo una nueva concesión, que debería hacer
el Rvmo. don Bosco o quien haga sus veces.
Rogándole acepte mis saludos extensibles a su
digna esposa, me repito
Su seguro servidor,
C. ROSSIGNARI
El señor Alejandro exhortaba a don Bosco, en la
cartita con que le remitía el comunicado, a pensar
en seguida en lo que debía hacerse.
(**Es17.496**))
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