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una iglesia tan grande como la de San Juan
Evangelista y cuya construcción había de
comenzarse en fecha todavía no fijada. Pues bien,
al discutir sobre dicha permuta con referencia
también a la iglesia que debía construirse, don
Francisco Cerruti puso de relieve que, puesto que
el sagrado edificio debería servir después de
parroquia, habría que inducir al Ayuntamiento a
contribuir en los gastos. Don Bosco contestó:
-Pediremos una ayuda al Ayuntamiento de La
Spezia cuando se empiecen las obras. Preveo que
obtendremos poco o nada. Hay que trabajar en favor
de los Ayuntamientos, aun cuando ellos no nos
proporcionen más que contrariedades; pero
actualmente hay que proceder así, si se quiere
trabajar por las almas. Pasemos al ((**It17.575**))
proyecto. Se acepta la permuta propuesta por el
Municipio de La Spezia pero sin condiciones ni
compensaciones. No se permita que en la escritura
notarial se pongan condiciones respecto a la
iglesia ni tampoco que el terreno en más, que se
nos da, sea con vistas a la construcción de la
iglesia. No se acepte esta frase. Quede bien
entendido que no se deben comenzar las obras hasta
que no estén concluidas las iglesias de Roma y de
Bordighera. Pero hágase esta promesa al señor
Bruschi de viva voz y no por escrito.
La iglesia es hoy el hermoso santuario dedicado
a la Reina de La Spezia, la Virgen de las Nieves.
Se comenzó diez años después de la muerte de don
Bosco, el día 17 de enero de 1898, y se consagró
el 27 de abril de 1901.
Deseoso de desarrollar la obra de La Spezia de
acuerdo con la amplitud de sus planos y recordando
la casi promesa, que le había hecho Benito Brin,
Ministro de Marina, escribió a Su Excelencia con
la esperanza de obtener de él alguna ayuda.
Excelencia:
Cuando tuve el alto honor de hablar con V. E.
sobre la gran necesidad de organizar escuelas para
los obreros empleados en el Arsenal de La Spezia,
V. E. me alentó a ello con gran bondad y me
aseguró que, si fuera necesario, acudiría en mi
ayuda.
Actualmente, como V. E. puede deducir por la
adjunta exposición que hace el Director del
Hospicio y de las escuelas, nuestros comunes
deseos están cumplidos, aunque con muchos
sacrificios y grandes cuidados del personal y de
los gastos a realizar.
Con este fin, recurro a V. E. suplicándole nos
ayude con los medios que considere oportunos para
una obra altamente implorada y que promete óptimos
resultados.
Con gran estimación, tengo el honor de poderme
profesar de V. E.
Turín, 25 de mayo de 1885
Su seguro servidor,
JUAN BOSCO, Pbro.
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