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presunta víctima; lo que quería era herir a don
Bosco. Por lo cual, dejando en paz a las Hijas de
María Auxiliadora, recogió y difundió una odiosa
noticia sobre don Bosco mismo, publicada por el
blasfemo periódico romano Capitale. Había muerto
en la parroquia del Sagrado Corazón de Roma
Terencio Mamiani della Róvere, natural de Pésaro,
poeta y filósofo, ministro de Pío IX en 1848,
ministro de Instrucción Pública del reino de
Italia en 1860 y por último senador. Pues bien,
dicho periódico había acusado a don Bosco de
conducta irregular, más aún, de impertinente, con
respecto a la condesa Mamiani a la muerte del
esposo, acompañando la acusación de malvadas
insinuaciones de otra clase, y la desatinada
Gazzetta di Catania en su número del día
veintinueve de mayo descubrió a sus lectores
anticlericales el sabroso, por más que estúpido
artículo, pero guardándose muy mucho, según su
caballerosa costumbre, de insertar ni una tilde de
rectificación, cuando llegó a saberse el hecho
hasta en sus más nimios detalles. Y en el suceso
no aparecía para nada don Bosco, sino uno de sus
hijos, el párroco don Francisco Dalmazzo, quien a
su vez no había cometido en absoluto nada que
pudiese tacharse de irregular o impertinente. La
impertinencia había consistido en una carta, hija
del celo pastoral y redactada con respetuosa
cortesía. Enterado de que el desenlace se
aproximaba presurosamente, el acongojado pastor
que ya había intentado inútilmente acercarse al
lecho del moribundo, se quejaba amargamente de no
haber sido llamado todavía, como había prometido
la señora y como su consorte deseaba 1. ((**It17.573**)) En
aquellos tiempos y todavía muchos años después,
era más fuerte que todo y que todos la vigilancia
masónica junto a la cabecera de los agonizantes.
Entonces como siempre, en Catania y en todas
partes, para evitar la infamia y guardar la buena
fama, don Bosco sólo se preocupó de hacer el bien,
el bien que entendía querer de él la Providencia
2, por lo cual, en la carta de enero de 1885 a los
Cooperadores, pudo anunciar serenamente: <>.
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