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alumno y clérigo del Oratorio y secretario
entonces de dicha Sociedad. El Santo concertó
inmediatamente un plan de acción con el venerando
párroco de San Benigno para conjurar la amenaza.
Este escribió en seguida a Constantino Nigra,
embajador del Rey ante la corte imperial de Viena.
El célebre diplomático, natural de San Benigno y
amigo suyo, le prometió apoyo. Don Bosco, por su
lado, interesó al señor Bartolomé Casalis,
gobernador de Turín, el cual le contestó que, en
esta cuestión, se lavaría las manos. También se
pidió apoyo a algunos Diputados.
Mientras tanto, estalló la bomba
fragorosamente. El día veinticinco de octubre se
inauguró en Venecia el tercer Congreso de los
Veteranos, presidido por Benito Cairoli, y, el
veintiséis, se sometió a discusión la propuesta
sectaria. El señor Asti, sacrificando la
conciencia a su posición, y el señor Peretti,
miembro de la Comisión elegido por el segundo
Congreso de Turín, defendieron la necesidad de que
la histórica abadía, monumento nacional, fuese
arrancada de las manos de don Bosco y abierta a
los huérfanos de los soldados italianos. Tomaron
también la palabra sobre el tema el ponente Mussa,
empleado en el Ayuntamiento de Turín y el famoso
escritor Paulo Fambri. Resonaron en la sala
palabras fuertes sobre las actitudes
antipatrióticas de don Bosco. Un congresista
propuso a la presidencia que pidiera a la asamblea
un voto de alabanza pública para el ((**It17.565**))
Ayuntamiento de San Benigno, que había demostrado
ser uno de los ayuntamientos más liberales de
Italia. Un telegrama de la gaceta del
anticlericalismo masónico de Turín 1 publicaba que
<>. Y el
diario de los católicos italianos comentaba 2:
<>.
En el intervalo, el Director, don Julio
Barberis, había ido a toda prisa a Roma para
convencer al diputado Ercole a que saliera en
defensa de don Bosco. Este honorable diputado que,
a pesar de ser sacerdote secularizado, favorecía
de buen grado a los Salesianos, se entregó a ello
con fogoso aliento y tanto trabajó ante el
Ministerio que le arrancó la seguridad de que la
petición de los Veteranos no llegaría al
Parlamento. El mismo Asti que, como secretario de
la Asociación
1 Gazzetta del Popolo, 27 de octubre de 1885.
2 Unit… Cattolica, 28 de octubre de 1885.
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