((**Es17.463**)
Muy querido Director:
Es mi vivo deseo que cada casa de nuestra pía
Sociedad esté de alguna manera representada en la
iglesia monumental del Sagrado Corazón de Jesús,
que se está acabando en Roma.
A tal efecto, te ruego encarecidamente
promuevas una suscripción entre los alumnos
externos e internos de esa casa en el próximo
curso escolar, dedicando a este santo fin el
donativo en dinero que los alumnos suelen entregar
en la fiesta onomástica del Director.
((**It17.538**)) Para
el mismo fin estudia también cómo invitar a los
Cooperadores salesianos, que tienen relación con
la familia confiada a tus particulares cuidados.
Estos donativos serán para mí una satisfactoria
colaboración en las fatigas y molestias, que
sostengo para esta grandiosa construcción y, al
mismo tiempo, serán muy útiles para atraer sobre
esa tu casa y sobre todos los beneméritos donantes
los abundantes favores prometidos por el Sagrado
Corazón de Jesús. Puesto que él aseguró que
derramaría abundantes bendiciones sobre todas las
empresas de sus devotos y sería su refugio seguro
en la vida y, especialmente, en el momento de la
muerte.
El dinero recogido de este modo me lo enviarás
aquí a mí, determinando, además, si lo deseas, qué
objeto quisieras se proveyera con este dinero,
para que quedara en aquella iglesia como donativo
de esa Casa.
Que las bendiciones divinas desciendan
abundantemente sobre ti, sobre todos nuestros
beneméritos Cooperadores y la piadosa Virgen María
nos guíe seguros por el camino del cielo. Así sea.
Turín, septiembre de 1884
Afmo. en J. C.,
JUAN BOSCO, Pbro.
Poco tenemos que decir del hospicio en cuanto a
las obras. En diciembre estaban terminados los
cimientos, de modo que, el día de la Inmaculada,
monseñor Manacorda, Obispo de Fossano, bendijo
solemnemente la piedra angular. Hubieran debido
ser el conde y la condesa Colle los padrinos de la
ceremonia, pero, al no poder ir ellos
personalmente, hizo sus veces un amigo de la
familia domiciliado en Tolón, el general conde de
Oncieu de la Bƒtie con su esposa y la suegra, la
condesa Soardo de la Serraz. En el pergamino de
rúbrica, quiso don Bosco que constara ante todo la
finalidad del edificio que se iba a levantar y que
era la de <>.
Pero las tres cuartas partes del documento estaban
dedicadas a elogiar a los condes Colle. Después de
hablar separadamente de sus personas, seguía
diciendo: <(**Es17.463**))
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