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((**Es17.452**) <((**It17.526**)) que haga en favor de las Obras Salesianas>> 1. íHasta los últimos días de la vida, le abrumó el acuciante pensamiento de la iglesia del Sagrado Corazón! La carta lleva la dirección de Roma. Allí se encontraba efectivamente el Duque. El año 1888 se inauguró con mundiales demostraciones de adhesión a León XIII, que celebraba su jubileo de oro episcopal. Los Soberanos y Jefes de Estado enviaban solemnes embajadas al Vaticano para rendir homenaje y presentar ricos y variados donativos al Papa. También la Reina Victoria de Inglaterra destacó una brillante misión, compuesta por nobles personajes, a cuya cabeza iba el Duque de Norfolk. Su Alteza, a su paso por Turín, se detuvo en el Oratorio, visitó al Santo en su lecho de dolor y estuvo casi media hora arrodillado sobre el pavimento, junto a su cabecera. La carta que acabamos de reproducir invitaba al Duque a esta visita. El ilustre enfermo le confió algunos encargos para el Padre Santo y le pidió noticias de la nueva casa de Londres. Un deseo le expresó encarecidemente el Duque: que aquella casa se calcase sobre el modelo del Oratorio. Se habló lógicamente de la patria del Duque y de la misiones en China. Don Bosco añadió algo respecto de Irlanda. Finalmente, el humilde Señor pidió su bendición, pensando, sin duda, que era la última de un Santo casi agonizante. El hijito, objeto de tantas preocupaciones, no curó. En 1904, el 1 Apéndice, Doc. núm. 79. (**Es17.452**))
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