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Aquí brotaba espontánea en los lectores,
desconocedores de la institución salesiana,
((**It17.514**)) el
deseo de conocer cómo había podido surgir aquella
octava maravilla, es decir, cómo había podido un
hombre crear, gobernar, alimentar aquel pequeño
mundo.
<>.
En la reunión de los exalumnos, don Juan
Bautista Francesia había presentado, con sus
versos en dialecto, una valiente comparación entre
don Bosco y Napoleón. Pues bien, nuestro
periodista, que había tenido, no sabríamos decir
cómo, alguna noticia de la atrevida comparación,
hizo sobre ella sus reflexiones: <>.
El artículo terminaba recomendando a sus
lectores que, cuando fuesen a Turín, no dejaran de
visitar ((**It17.515**)) el
<>. Tal vez encrespaba los
nervios de los liberales decir sencillamente
Oratorio de San Francisco de Sales u Oratorio de
don Bosco más que Instituto de Valdocco; pero, a
la distancia de cincuenta años, podemos afirmar
que la prosa de la pluma liberal merecía, como lo
fue, ser conservada en nuestros archivos.
Si la vista del Oratorio impresionaba tanto a
personas extrañas, su
(**Es17.442**))
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