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examen de reválida y, por tanto, de despertar en
los alumnos ansias de gloria en el mundo.
DON CELESTINO DURANDO hace notar que nosotros
necesitamos enviar a clérigos a examinarse de
reválida, como preparación para los títulos y
diplomas universitarios.
DON JULIO BARBERIS le contesta que los cursos
podrán completarse en San Benigno.
DON BOSCO: -Pues bien, acepto lo que propone
don Juan Bautista Francesia por un año, como
prueba y como paso para realizar mi intención de
suprimir el quinto curso. Mientras tanto, pregunto
cómo se presentan en las escuelas los escritores
latinos cristianos. Los sentimientos paganos de
los clásicos perjudican a los jóvenes.
DON JUAN BAUTISTA FRANCESIA contesta que se
explican en las clases los escritores cristianos.
DON MIGUEL RUA pasa a hablar del catecismo en
las escuelas. Dice que ha hecho la visita a todas
las casas y que es algo vergonzoso ver cómo éste
se descuida en los cursos del bachillerato. En los
cursos elementales los niños lo saben bien,
especialmente en aquéllos donde los maestros son
seglares. Cita ejemplos. Vigilen los inspectores.
Inculque don Julio Barberis estos deberes a los
clérigos.
DON BOSCO vuelve a hablar de los autores
clásicos paganos y dice entre otras cosas: -Habrá
profesores que los expliquen con delicadeza, pero
hay otros que explican a trochemoche (con pelos y
señales) y, cuando encuentran pasajes
inconvenientes, tiran adelante y los explican por
ignorancia o por sorpresa. El latín de los
escritores cristianos, como algunos pretenden, no
será clásico, pero quien lee a san Agustín, a san
Bernardo, queda sorprendido por la belleza del
lenguaje, aunque no sea ciceroniano.
EL CAPITULO concluye: -Consérvese el quinto
curso del bachillerato, quitando las asignaturas
secundarias, pero manteniendo las matemáticas.
DON CELESTINO DURANDO insiste en que se procure
que los alumnos adquieran confianza con los
Superiores y se asignen buenos profesores
especialmente en los cursos cuarto y quinto.
DON BOSCO: -Desearía que se escribiese una
breve circular para los profesores y que se
enviase este año a todas nuestras casas, acerca de
la conducta que deben observar los profesores en
las clases. En esta circular, se repetirá lo que
yo solía decir a los profesores en particular y,
como de pasada, en las conferencias y lo que está
escrito en las reglas. Asimismo, comience la clase
el profesor con el Avemaría rezada con devoción,
lo cual es de muy buen ejemplo para los muchachos,
y también sean cautos los docentes en las
explicaciones de los autores ((**It17.502**))
profanos y, cuando encuentran algo religioso
ajustado a la verdad, no se pase adelante sin
hacer notar que, aunque paganos, reconocían la
divinidad etc., etc. Esto se llama saber sacar el
bien de lo que no es totalmente bueno. Asimismo,
insinuar algún buen consejo en la víspera de
alguna fiesta, pero con brevísimas palabras, por
ejemplo: Hoy es la fiesta de la Santa Cruz y
nosotros somos cristianos; no olvidemos que la
cruz nos recuerda nuestra redención. Y esto basta;
no hay que hacer ningún sermón. Don Francisco
Cerruti queda encargado de preparar esta circular.
La prueba, propuesta por don Juan Bautista
Francesia y aceptada por don Bosco, se hizo en el
curso 1885-1886; pero, a partir del año
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