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hacerse una excepción extraordinaria. ((**It17.500**))
Recuerdo que Rho, el Delegado Provincial de
Enseñanza, nos acusaba de perjudicar a los
jóvenes, al darles esperanzas con la reválida para
poder continuar unos estudios, que después no
conseguían llevar a cabo por falta de recursos. El
no era juez en esta materia, pero se colige de
ello cómo razonan otros acerca de nuestro
proceder. Así pues, al llegar los jóvenes al
cuarto curso, darlo por concluido. Este año sólo
uno del quinto curso se ha quedado para la
Congregación.
DON MIGUEL RUA hace notar que, si nosotros
quitamos del tercero y cuarto curso los mejores
para la carrera religiosa y eclesiástica, es
natural que nos queden los peores para el quinto.
DON JUAN BAUTISTA FRANCESIA observa que, si el
Capítulo toma esta deliberación, los Colegios
Episcopales de Bra, Giaveno y el del Cottolengo
nos harían una competencia fatal y se llevarían
los muchachos, porque ellos tienen el quinto
curso. El Cottolengo mismo envía a sus alumnos al
examen de reválida. Si determinamos suprimir el
quinto curso, los muchachos vendrán para estar uno
o dos años y después se irán a otra parte. Los
mismos párrocos dirán que no tenemos los cursos
completos. También los padres ignorantes repetirán
que nosotros no tenemos todos los cursos y
tendremos falta de alumnos y, en consecuencia,
falta de vocaciones.
DON MIGUEL RUA le contesta que no podría correr
esta voz, porque los muchachos tendrían
oportunidad para ir a otros colegios nuestros,
donde completarían los cursos.
DON JUAN BAUTISTA FRANCESIA replica que, si
enviaramos a otros colegios a los que han hecho el
cuarto curso en el Oratorio, sería para ellos una
grata y peligrosa sorpresa, no prevista por ahora.
El cambio de dirección es algo que merece
reflexión. Muchachos de otros colegios, llegados
al Oratorio con certificados honoríficos, dieron
aquí mal resultado. Propone, por tanto, elaborar
un nuevo programa únicamente para el Oratorio.
Consérvese el quinto curso, pero suprímanse las
asignaturas accesorias de historia, ciencias
naturales, etc. excepto matemáticas; dedíquese el
tiempo a las tres literaturas griega, italiana y
latina. Para admitir al examen previo a la toma de
sotana en los seminarios, exigen el certificado de
haber hecho el quinto curso. Este año los párrocos
hicieron una declaración de haberles hecho cursar
bajo su dirección el quinto año a todos los del
cuarto curso que salieron del Oratorio y querían
entrar en el Seminario. Insístase para que los
profesores enseñen bien las tres literaturas y
habrá gran progreso en nuestros estudios, que
ahora andan atrasados. Vigílense bien las clases.
DON BOSCO: -Yo mantengo siempre mi opinión. Si
no se toma esta medida, nos veremos obligados a
instituir las escuelas apostólicas.
DON JUAN BONETTI apoya la propuesta de don Juan
Bautista Francesia.
DON CELESTINO DURANDO sostiene que, si se
suprime el quinto curso, acabarán por quedarse con
nosotros solamente los peores alumnos.
DON BOSCO: -íLos que vengan de sus casas con
libros malos o principios malos, fuera, fuera al
momento del Oratorio!
DON JUAN BONETTI observa que se podría hacer un
año de prueba, ((**It17.501**))
siguiendo el programa de don Juan Bautista
Francesia. Así se lograría la finalidad de don
Bosco, porque semejante quinto curso no puede
servir para los que no quieren hacerse sacerdotes.
DON MIGUEL RUA hace notar que, si se quitan en
gran parte las asignaturas accesorias, se quitará
a los profesores la ocasión de hablar, al explicar
las lecciones del
(**Es17.430**))
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