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nuestros sudores para abrirse paso a una carrera,
a la que no queremos encaminar a nuestros
muchachos.
La discusión se planteó después en Valsálice,
en la sesión capitular de la mañana del día
dieciséis de septiembre. Extractamos de las actas
el interesante debate.
DON MIGUEL RUA presenta el proyecto propuesto
por don Bosco para la abolición del quinto curso
de bachillerato en el Oratorio.
DON BOSCO explica: -Mi intención es que esta
abolición concierna a todas nuestras casas de
beneficencia y sólo a éstas.
((**It17.499**)) DON
JUAN BONETTI pide que se expongan razones en favor
y en contra, porque el Capítulo debe estar al
corriente en una cuestión tan importante.
DON MIGUEL RUA hace una breve relación de sus
observaciones. El ha examinado el resultado en los
exámenes de los alumnos del quinto curso de
bachillerato, ya sea respecto a la vocación
religiosa, ya sea respecto a los que, después de
aprobar el examen de grado, no siguieron los
estudios eclesiásticos. Ha revisado los registros
de las escuelas de ocho cursos consecutivos y
encontró que todos aquellos, en los que hubo un
buen profesor en quinto curso, resultó bien el
examen de grado o reválida y hubo un gran número
de vocaciones. Por el contrario, los años en los
que hubo un profesor poco apto o menos hábil,
fallaron las vocaciones y el resultado del examen
fue muy escaso. El florecimiento de las vocaciones
depende, por tanto, del profesor. Cuanto más
empeño se pone en hacer estudiar por la gloria
mundana, tanto menor es el contingente que queda
para la Congregación. Si pasamos, después, a
hablar de lo que se oye decir contra el quinto
curso, se repite que los jóvenes no piensan más
que en los estudios y en el examen de grado o
reválida, cuidándose muy poco de la piedad y la
vocación; que los profesores, para animar a los
alumnos a estudiar, machacan continuamente el tema
de salir airosos en el examen de reválida y
brillar en el mundo con una profesión distinguida.
Dice que ha hablado con don Domingo Belmonte, el
cual, sin ser preguntado sobre el particular,
propuso la abolición del quinto curso. También don
Albino Carmagnola afirmó que cuatro o cinco de sus
alumnos en Sampierdarena no quisieron ir al
Oratorio, halagados por el examen de grado.
DON BOSCO: -Hace ya algunos años que pienso y
medito en el rompecabezas que son para mí esas
manías del examen de reválida. Hemos de considerar
la cuestión desde un punto de vista
importantísimo. Estos jóvenes están gratuita o
semigratuitamente en el Oratorio. >>Dónde va a
parar a la postre esta caridad? No para la
promoción de vocaciones o para el provecho de la
religión, como querrían los bienhechores. íNo
debemos exponernos a merecer e incurrir en sus
reproches! Gastar tanto dinero para mantener a
quienes, después, aprovechan sus estudios para
llegar a ser periodistas de la peor prensa, es
algo intolerable. Los que conocen la conducta de
estos desgraciados dirán: >>Quién los ha educado?
Y se contestará: íFueron educados por don Bosco!
íEs una vergüenza para nosotros! Mas, para abolir
el quinto curso de bachillerato, tenemos muchas
otras razones que conciernen a la moralidad. El
espíritu de los muchachos se pervierte al pasar
del cuarto al quinto curso por las esperanzas de
un porvenir más risueño, por la libertad soñada,
por las ambiciones que se despiertan. Córteseles,
pues, este camino para pasar al quinto curso. El
que quiera cursar el quinto curso, vaya a los
colegios especiales como Alassio y Lanzo. >>Que no
puede pagar la pensión? No nos corresponde a
nosotros pensar en esto. Piénsenlo ellos. Mas si
alguno, por circunstancias de mérito particular,
fuese digno de miramiento, podrá
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