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a sus queridos hijos. Yo querría pretender si
fuese lícito, pero no sé si lo será, querría
decirle que, cuando escriba a Monseñor no se
olvide de que, ((**It17.481**)) en un
rinconcito, está también el familiar barbudo: no
me niegue una palabrita, un rengloncito siquiera,
querido padre, si está bueno y que pueda escribir
alguna cosa para mí, que María Auxiliadora se lo
diga y usted me la repita>>.
Los hijos más cercanos a él asistían a la
fiesta con la alegría pintada en el rostro, pero
con un gran dolor en el corazón. Veían que, sin un
milagro de Dios, el desgaste físico de su Padre,
en vez de disminuir o por lo menos detenerse,
aumentaba cada día más. En el acto académico de la
víspera, había podido hablar al público reunido en
el patio con cierta fuerza y vigor; en la tarde
siguiente, por el contrario, apenas dijo unas
palabras, limitándose a dar una bendición en
nombre del Padre Santo León XIII 1.
Entre los que acudieron a la fiesta onomástica
de don Bosco estuvo el joven sacerdote bávaro Juan
Mehler, que adquiriría mucha fama con sus
numerosas publicaciones de sociología y educación
cristiana popular. Todo lo observó y atesoró para
difundir, al volver a su patria, sentimientos de
calurosa simpatía por don Bosco y por su obra en
los ambientes de actividad católica. En la XXXIII
asamblea anual de los católicos alemanes, reunida
en Münster, del treinta de agosto al tres de
septiembre, habló de las instituciones y métodos
del Santo ante aquella imponente representación
del catolicismo alemán. Lo que más impresionó a
los congresistas fue la organización de los
oratorios festivos por su carácter social. El
ardoroso propagandista llevó al Congreso la
bendición de don Bosco y escribió: <> 2. Mientras tanto se dedicaba con ardor
a hacer cooperadores salesianos, especialmente en
Baviera 3, y hubiera querido que don Bosco lo
autorizara a firmar él los diplomas en su nombre;
((**It17.482**)) pero
don Bosco no creyó conveniente conceder esta
autorización. Tratóse este asunto en la sesión
capitular del día diecisiete de septiembre, y
dijo:
-Los diplomas se imprimirán en alemán y se
firmarán en Turín. Al enviar los diplomas a los
nuevos Cooperadores, podrá unirse a ellos una
carta, en la que se ruegue a estos señores, todos
ellos personas distinguidas, que tengan a bien
buscar ellos mismos otros Cooperadores,
1 Carta de don José Lazzero a monseñor
Cagliero, Turín, 3 de julio de 1885.
2 El Bollettino de noviembre publicó,
traducida, una carta suya, sin una palabra
siquiera de presentación y sin fecha (Ap. Doc.
núm. 73).
3 Un señor, que se había hecho cooperador por
mediación de Mehler, pidió a don Bosco la
agregación espiritual de su Patronato de Münich a
la Sociedad Salesiana (Ap. Doc. núm. 74).
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