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canto sencillo acompañado por el órgano 1. -3.°
Tocante a la comida, limitarse concienzudamente a
las deliberaciones capitulares. -4.° Los objetos
de escritorio, despáchense en las oficinas
correspondientes, y no en los llamados banchini
(tiendecillas) donde suelen lamentarse ((**It17.468**))
verdaderos inconvenientes y, a veces, desórdenes
2. -5.° Si la necesidad pide colocar alguna
tienda, confíese a alguno de honradez y fidelidad
conocida; las más de las veces, no son conocidos
los hurtos que se cometen en tales días de fiesta.
-6.° Máxima vigilancia para que los alumnos
internos no puedan alternar libremente con los
externos>>. El Capítulo juzgó que el primer punto
sobre alfombras y tapices era de difícil
cumplimiento, pero don Bosco dijo tajantemente:
-Tocante a esto, véase lo que fuere mejor; pero
ésta es mi opinión.
Los muchachos, que no le veían más que algunas
veces y de paso, seguían siendo objeto de sus
paternales solicitudes. Un día hizo anunciar que
conocía sus conciencias y que todos los que
quisiesen aprovechar la ocasión podían hablar con
él, en el confesionario o fuera; dijo
especialmente que les hablaría de su porvenir. Los
primeros en rodearle impacientes fueron los
alumnos de los cursos superiores. Muchos de ellos
quedaban maravillados y se comunicaban después, en
las recíprocas confidencias, lo que habían oído,
o, cuando menos, se repetían uno a otro cómo les
había mostrado con exactitud el estado en que se
encontraban. Don Pablo Ubaldi nos hablaba
emocionado de ello en los últimos días de su vida.
Al acabar el coloquio con el Santo le había dicho:
-Ten cuidado con la serpiente, que intenta
envolverte en sus anillos.
En su ingenuidad, narró casualmente este
detalle a otro muchacho, que palideció y exclamó:
-íAh!, la serpiente soy yo. Tú no te has dado
cuenta; pero es así.
De alguna velada expresión suya, se trasluce
que don Bosco le dijo en aquella ocasión y le
repitió después que, si se hacía salesiano, daría
gran lustre a la Congregación 3.
1 Quiere decir exclusión de instrumentos
musicales de metal y violines, que, a la sazón, se
acostumbraba admitir en todas partes en las
grandes solemnidades.
2 En aquellos tiempos hacíase una gran feria de
libros y objetos religiosos y escolares, para
comodidad y provecho de los alumnos, que compraban
con las llamadas marcas o sellos. (Fue fantástica
después en España, la feria de María Auxiliadora
de Sarriá, con <> de mercancías de
toda suerte, en las que sólo se compraba con
billetes que se adquirían en el Banco de María
Auxiliadora. Había música y podía entrar el
público de la calle). (N. del T.).
3 Pero se lo dijo en términos vagos. La segunda
vez, siendo don Pablo Ubaldi ya clérigo, don
(**Es17.403**))
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