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((**Es17.396**) En aquel estado, que continuamente le obligaba a necesitar el valimiento ajeno, actuaba como un verdadero hijo de obediencia. Si en la mesa se le preguntaba: -Don Bosco, >>quiere esto, quiere aquello? -Dadme lo que queráis, contestaba. Mientras tenga los dientes bastante fuertes, como de todo. -Don Bosco, >>vamos a tal sitio o a tal otro?, preguntábale el que le acompañaba de paseo. -Yo voy adonde me llevéis, era su invariable respuesta. -Pero este sitio no es bonito, se le observaba a veces; >>no sería mejor ir allí? -Vamos allí, decía enseguida y volvía sobre sus pasos. Sufría al pensar en el gran trabajo que podía hacer en años anteriores, mientras entonces no le valían las fuerzas ni la vista para hacer la vigésima parte. Había días, recordaba a veces melancólicamente, que escribía más de cien cartas. En efecto, su correspondencia epistolar era algo fenomenal. Un motivo de la misma era que, con ella, lograba los medios para sostener sus obras; por eso, no olvidaba el día onomástico u otros aniversarios de sus bienhechores. Sin embargo, entonces suplía la Providencia a sus consabidas industrias; baste decir que sólo en veinte días, del siete al veintisiete de mayo, le llegaron por carta ((**It17.460**)) hasta setenta mil liras de limosna que no estaban previstas ni eran previsibles 1. No disminuía, sin embargo, su actividad mental, aunque también ésta le cansaba bastante por causa de la edad. <>. Pero su jovialidad no se parecía completamente a la del Apóstol de Roma. Un día en una conversación familiar llegó a decir que él había sido siempre de índole y carácter muy serio desde niño y que, incluso en medio de las cosas ridículas que hacía o decía, nunca se reía a carcajadas 3. Obligado a estar solo e inactivo, meditaba sus proyectos. Y no se limitaba a cosas de una próxima actuación, sino que se adelantaba 1 Diario de C. Viglietti, 27 de mayo de 1885. 2 El Amigo del pueblo, de Prato, 4 de julio de 1885. 3 Diario de C. Viglietti, 25 de junio de 1885. Impresiona, a los que lo miran, la seriedad de su rostro en un retrato de cuando era joven sacerdote, expuesto hoy en sus habitaciones. (**Es17.396**))
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