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cristianos. Me he esmerado en ello con muchas
advertencias dadas a los Directores, maestros y
asistentes salesianos. Y, ahora, ya viejo y casi
sin tenerme en pie, me muero con la pena de no
haber sido suficientemente comprendido.
Al hablar así, escribe don Francisco Cerruti,
que estaba sentado a su lado, su palabra tenía un
acento, <> 1.
El día dieciséis asistió don Bosco a la reunión
de la Comisión de señoras en casa del párroco
Guiol. Fue una simple reunión, no una sesión
normal, como otras veces; tanto es así que no se
levantó acta: en lugar de la acostumbrada
relación, se hizo en esta ocasión una simple
mención con fecha del quince de mayo, cuando don
Bosco ya estaba en Turín. Pero es una alusión
significativa, que dice así: <((**It17.443**)) al
contrario, esa brevedad es un motivo más para
nuestra piadosa gratitud y profunda veneración.
Don Bosco llegó a nosotras agotado de fuerzas,
como consecuencia de su celo apostólico, más que
de la edad o de la enfermedad. Parecía por sus
palabras que no abrigaba la esperanza de volver a
Marsella y así lo hacía temer su estado; pero las
previsiones humanas están afortunadamente sujetas
a ser modificadas por la Providencia de Dios.
Tampoco esperaba poder venir esta vez. Su
presencia y sus consejos son tan necesarios que
hemos de esperar de la Providencia divina la
continuación de su asistencia, aunque por el
momento parezca improbable. El señor Cura párroco
recomienda que se rece mucho por la salud de don
Bosco, a fin de que restableciéndose ésta, se
prolongue su vida. Es un deber por muchas razones
y es un deber muy dulce, pero hay que cumplirlo
con fervor. Aunque la idea de rezar por un santo
parece fuera de propósito y poco aceptable, es
preciso pensar que está de por medio el bien de
una obra grande y que se trata de seguir teniendo
en la tierra un padre, cuya corona en el cielo ya
está preparada>>.
El diario del clérigo Viglietti ha conservado
las líneas generales de su breve discurso. Habló
de la pobreza, tan deplorada en aquellos días;
habló del bien, que ellas podían hacer recogiendo
limosnas con las cuales mantener a tantos jóvenes
que, junto con el pan material,
1 Ideas de don Bosco sobre la educación y la
enseñanza y la misión actual de la escuela. Dos
cartas. San Benigno Canavese, 1886.
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