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que eso sería mucho más fácil estando don Bosco
allí y le prometía defenderlo del gentío oprimente
de otras veces, teniéndolo escondido en el
noviciado recién abierto fuera de la ciudad,
adonde pocos irían a buscarle 1. Estas presiones
contribuyeron también a que tomara la
determinación de emprender aquel viaje.
Cuando manifestó definitivamente su arriesgado
proyecto, don Juan Cagliero se opuso con
respetuosa firmeza, ((**It17.33**))
diciéndole que su vida era más querida por todos
que cualquier bien del mundo y preferible a todos
los tesoros. El cardenal Alimonda, que pensaba
igual, quiso intentar impedir la salida, y cuando
le comunicaron que antes de emprender el viaje
deseaba hacerle una visita, respondió:
-Sería pecado mortal permitir que don Bosco
viniera hasta aquí. Está muy cansado y tiene
demasiados asuntos entre manos. Digan al querido
don Juan que dentro de una hora estaré yo en el
Oratorio.
Don Bosco le explicó entonces los motivos, que
le obligaban a hacer aquel viaje; y su Eminencia
se conformó con que le prometiese que volvería
atrás, si, al llegar a Alassio, se encontraba
peor.
Durante esta visita, manifestó el Cardenal a
don Bosco que había pedido al Papa un Obispo
auxiliar, de acuerdo con la promesa que le había
hecho el Padre Santo al enviarlo a Turín.
->>En qué persona pensaría? preguntóle don
Bosco.
-En varios y, primero, en el canónigo Pulciano.
-íBien! >>Y en quién más?
-También he pensado en el canónigo Richelmy.
-íBien! Son sacerdotes excelentes.
-Pero usted, don Bosco, >>quién piensa que
podría ser un buen obispo auxiliar, capaz de
ayudarme: Déme por favor su opinión.
-Desde luego, no siempre se puede tener en este
mundo lo mejor y hay que conformarse con lo bueno.
Pero, si se quisiese lo mejor, se podría elegir al
canónigo Bertagna, vicario general de Asti.
El Cardenal no añadió una palabra más y cambió
de conversación, pero apenas volvió a palacio,
telegrafió a Roma, pidiendo al Pontífice como
obispo auxiliar al canónigo Bertagna. Fue una
elección afortunada, como todos saben, además de
una tardía, pero justa reparación 2.
1 Libro de actas, 11 de enero de 1884.
2 íSingulares coincidencias! Monseñor Bertagna
fue preconizado en el Consistorio del veinticuatro
de marzo. El veinticinco era el primer aniversario
de la muerte de monseñor Gastaldi; mas, por
coincidir con la fiesta de la Anunciación, se
ordenó el toque de difuntos para el día veintitrés
por la tarde y el funeral solemne para el
veinticuatro por la mañana. Además, un ataque de
apoplejía acabó con el eminentísimo Ferrieri el
día veinticinco.(**Es17.38**))
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