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que, a pesar de sus achaques, se le hubiese
anticipado ya que él tenía intención de ir a verle
en San León. Se ofreció, mientras tanto para todo
y prometió asistir a la reunión de los
Cooperadores y hablar en ella. Dignóse, asimismo,
pedir noticias detalladas de la Congregación y
quiso informarse de algunos Socios en particular,
como por ejemplo de don Celestino Durando.
Al mediodía ocurrióle a don Bosco un caso
curioso. Aquella ((**It17.438**)) semana
le había visitado una joven, que, aun cuando
parecía de familia acomodada a juzgar por el
vestido, sin embargo, no sabía cómo ganarse la
vida, pues nadie la quería en su casa por estar
afectada de cierta enfermedad. Don Bosco la
bendijo y la despidió. Invitado a comer en casa de
la familia Martín, se encontró de pronto en el
umbral de la puerta con dicha joven la cual, en un
ímpetu de agradecimiento, se echó a sus pies.
>>Qué había sucedido? Después de la bendición, se
había sentido libre de su mal y, a pocos pasos de
la casa de San León, un caballero la había
detenido para preguntarle si quería ir de criada a
su casa. Aquel caballero era precisamente el señor
Martín.
En casa de esta misma familia, se volvió a
encontrar con una señorita que actuaba de
institutriz, a quien, el año anterior, bendijo y
curó de una grave enfermedad.
Está fechada el día doce una afectuosa cartita
a don Juan Bautista Francesia, que era, según la
reciente reestructuración, Director de los
estudiantes en el Oratorio. Debía tener sus
molestias y, sin duda, se había desahogado con don
Bosco, el cual tomó la pluma para serenar su
espíritu.
Mi querido Francesia:
No puedo escribir a otros, pero sí una palabra
al menos para Francesia, la niña de mis ojos.
Ante todo, procura no crearte penas y molestias
donde no las hay; y, si las encuentras, tómalas
como venidas de la mano del Señor.
Di a nuestros queridos muchachos y hermanos que
trabajo por ellos, que mi último aliento será para
ellos y que recen por mí; que sean buenos y huyan
del pecado, a fin de que todos podamos salvarnos
eternamente. íTodos! Que Dieu nous bénisse et que
la Sainte Vierge nous protŠge (Que Dios nos
bendiga y que la Santísima Virgen nos proteja).
Marsella, a 2 de abril de 1885
Afectísimo,
JUAN BOSCO, Pbro.
El día trece ofreció don Bosco una comida...
diplomática. Asistieron los condes Colle, el
comendador Rostand, presidente de la Sociedad
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