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su honor una graciosa veladita 1. Nunca se había
celebrado en el oratorio de San León una Pascua
tan alegre.
Aquel día le llegaron a don Bosco dos cartas.
Una era de la citada condesa Stacpoole,
comunicándole que tenía preparadas las cincuenta
mil liras. Don Bosco le contestó:
Benemérita señora Condesa:
Estoy convencido de que V. S. Benemérita hizo
una preciosa obra sin conocer tal vez su valor y
magnitud; gracias a ella, existe la casa de París;
gracias a ella, se levantará una iglesia entre los
salvajes, y las almas que en ella se salvarán
serán fruto de su caridad.
Para su comodidad, puede usted entregar la
cantidad de cincuenta mil francos en manos de don
Francisco Dalmazzo, nuestro Procurador General,
quien hará lo que precisa para el cumplimiento de
esta gestión.
El Señor esté siempre con usted y la Santísima
Virgen la traiga a hacernos una visita en la casa
de Turín, donde se reza cada día por usted ante el
altar de María Auxiliadora.
Dígnese también rezar por mí, siempre suyo en
J. C.
Marsella, 5 de abril de 1885
Su seguro servidor,
JUAN BOSCO, Pbro.
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Acababa de enviar esta respuesta, cuando llegó
otra carta de don Francisco Dalmazzo, dándole la
noticia de las cincuenta mil liras ya entregadas.
Volvió a tomar la pluma el Santo y escribió de
nuevo a la Condesa:
A la señora Condesa de Stacpoole-Roma:
No puede ciertamente imaginar V. S. Ilma. la
alegría que ha dado a mi corazón el generoso
donativo de cincuenta mil liras que usted hace en
favor de nuestros misioneros de Patagonia. Se lo
agradezco de corazón y le prometo que la iglesia,
que ya se está construyendo entre aquellos
salvajes, se dedicará al Santísimo Sacramento,
como usted desea precisamente.
Además, es mi intención que todas las misas,
comuniones y prácticas religiosas que se
celebrarán en este sagrado edificio sean ofrecidas
a Dios de una manera particular, según su piadosa
intención; y nunca se olvidarán los Salesianos de
usted en las oraciones comunitarias y privadas.
He escrito en este sentido a monseñor Juan
Cagliero, Obispo de la vastísima y dificilísima
diócesis de Patagones.
Que Dios la bendiga y María Auxiliadora la
proteja y guía en todos los peligros de la vida.
Créame, con el debido respeto y con la más
profunda gratitud,
Marsella, 5 de abril de 1885
Su seguro servidor,
JUAN BOSCO, Pbro.
2 Se leyeron, en nombre de los Salesianos y de
los alumnos, dos saludos muy afectuosos (Ap. Doc.
núm. 65).
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