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de ánimo no daba indicios de haber cambiado.
Sentía necesidad de conferenciar con don Bosco;
por lo cual, le escribió sobre este asunto,
pidiéndole también consejo acerca de varias cosas.
Don Bosco dictó la respuesta siguiente.
Querido señor Príncipe:
Como ando algo mal de la vista, he de servirme
de un secretario para darle una respuesta, ya con
algún retraso. Ha hecho usted bien en diferir
todavía la elección de estado. Yo rezaré con usted
y por usted y Dios nos guiará ciertamente para
conocer su divina voluntad.
Con respecto al Secretario que se le asignaría,
creo yo que puede servirse de él cuando lo
necesite, pero sin comprometerse definitivamente
en seguida. Me gustaría que, al menos, dedicase
algún tiempo para conocer el carácter y la
religiosidad de la persona.
He recibido los cien francos y los cien
boletos, que le envié en favor de la iglesia y del
hospicio del Sagrado Corazón en Roma. Se lo
agradezco y el Sagrado Corazón de Jesús se lo
recompensará con largueza.
Me alegro mucho de que Mamá esté fuera de
peligro. He pedido a María Auxiliadora que le
devolviese la salud primera; ahora sigo rezando, y
conmigo lo hacen todos nuestros muchachos, a fin
de que pueda disfrutar de salud para satisfacción
de la familia por largos años. Si, por acaso, me
fuera posible ir este invierno a Niza, será para
mí un gran honor presentarle personalmente mis
humildes saludos y la seguridad de nuestras
oraciones. >>Y usted, señor Príncipe, no irá
también a pasar algunos días con sus padres?
Todos los de nuestra casa, que tuvieron la
suerte de conocerle y saludarle en Turín, se unen
a mí para ofrecerle las felicitaciones de unas
buenas fiestas de Navidad y próspero año nuevo y
todos se encomiendan a la caridad de sus santas
oraciones.
Dios nos bendiga a todos y nos ayude a caminar
constantemente por la senda del Cielo.
Siempre suyo, querido señor Príncipe.
Turín, 17 de octubre de 1884
Seguro servidor,
JUAN BOSCO, Pbro.
P.D. Con respecto al Mayorazgo procure secundar
a papá hasta donde le sea posible; pero espero que
hablaremos de esto en otra ocasión.
((**It17.412**)) La
ansiedad del Príncipe iba en aumento; la necesidad
de ver más claro su porvenir lo indujo a pedir
ulteriores consejos, máxime acerca del asunto, que
podía considerar como central en aquel momento,
esto es, la aceptación del mayorazgo. Don Bosco le
expuso llana y claramente su manera de ver 1.
1 Esta y las demás cartas están escritas en
francés (Ap. Doc. núm. 62 A-B-C-D-E).
(**Es17.356**))
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