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((**Es17.352**) confianza en el Cardenal, sin embargo, la buena Madre experimentaba alguna vacilación; por este motivo, determinó consultar a don Bosco, enviándole copia de la carta de Su Eminencia. El Santo mandó redactar la respuesta, la firmó y dictó aparte estas palabras: <> 1. El consejo de don Bosco dado en términos tan tajantes, animó a la Madre que, a partir de aquel momento, no tuvo la menor duda. <>. Este año se ha celebrado el cincuentenario de la fundación efectuada en 1885, y se ha dado gran publicidad a las palabras dirigidas por nuestro Santo. ((**It17.407**)) A UN RENEGADO Un salesiano, natural de Lucca, ya desde que cursaba el bachillerato en el Oratorio, no se había distinguido por ser de raza de santos; sin embargo, los Superiores lo habían ido tolerando siempre, hasta admitirle a la profesión perpetua y a las sagradas órdenes, porque su conducta exterior no tenía nada de escandalosa. Era de carácter más bien cerrado y evitaba expansiones de toda clase. Sucedió, pues, que habiendo sido enviado, ya sacerdote, a la casa de Magliano Sabino, un buen día desapareció sin dejar rastro. Después se supo que había ido a Florencia, cuyo Arzobispo no quería admitirlo en su clero de ningún modo. Al encontrarse en mala situación, envió una carta amenazadora a don Bosco, anunciándole que escribiría a Roma y revelaría cosas deshonrosas para la Congregación. Don Bosco le contestó que, si deseaba unas palabras de respuesta, escribiese una carta adecuada. El desgraciado, por el contrario, envió a la Sagrada Congregación de Obispos y Regulares una serie de acusaciones deshonrosas contra los Salesianos; 1 Ap. Doc. 61. 2 Carta, 17 de agosto de 1935. (**Es17.352**))
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