((**Es17.347**)
Bueno es también recordar que el fervoroso
católico doctor Carlos D'Espiney está propuesto
para caballero por el Obispo de Niza; y que
monseñor Guigou hizo llegar, por mi medio, al
Padre Santo una estupenda carta comendaticia del
obispo de Fréjus.
Todo esto ya se manifestó al Padre Santo quien
me autorizó, como lo hice, para dar comunicación
de ello a los correspondientes aspirantes a la
condecoración. Estos detalles aumentan la
importancia de los trámites en el sentido de que
estos personajes son fervientes católicos y
promotores del óbolo de San Pedro.
Puedes comunicar todo esto al benemérito
monseñor Mocenni: sírvete de ello con muchísima
prudencia, de la manera y ene la medida que él te
diga.
Comprendo que tenemos deudas y debemos acudir a
todos los medios para seguir las obras, pero
actualmente la única fuente de dinero son las
condecoraciones arriba mencionadas.
Gratitud, agradecimiento y oraciones para
monseñor Mocenni. Dios nos bendiga a todos y
créeme
Turín, 10 de julio de 1884
Afmo. amigo,
JUAN BOSCO, Pbro.
((**It17.401**)) Al ver
que no llegaba nada, y como le urgiera
especialmente para el señor de Montigny, el día
catorce de agosto encomendó el asunto a monseñor
Mocenni, Sustituto en la Secretaría de Estado.
Aunque la Secretaría de Estado sólo proponga
condecoraciones para los diplomáticos y no sea
lícito a un dicasterio inmiscuirse en los asuntos
pertenecientes a otro, sin embargo, monseñor
Mocenni, como atención personal a don Bosco, se
atrevió a referir el asunto al Padre Santo y
recibió una negativa, porque el recomendado no era
todavía ni siquiera caballero. Pero el Papa
ignoraba que Montigny era noble, condición que
suplía a todo lo demás 1. Don Bosco habría debido,
por tanto, acudir a la Secretaría de los Breves;
sin embargo, creyó oportuno consultar antes a
monseñor Boccali, tanto más que monseñor Mocenni
había manifestado la posibilidad de que los
correspondientes documentos pudieran encontrarse
en su poder.
Excelencia Reverendísima:
Un asunto de bastante importancia para mí me
obliga a acudir a su reconocida bondad para
recabar una solución. Se trata de lo siguiente.
En la audiencia, que obtuve del Padre Santo el
día nueve de mayo de este año, me atreví a pedirle
humildemente unas condecoraciones en favor de los
más insignes bienhechores de nuestras casas y
especialmente de la iglesia del Sagrado Corazón de
Jesús en Roma. Su Santidad se dignó aceptar las
humildes propuestas y las cartas comendaticias de
cada uno y respondió favorablemente a todas. Y
como la negociación se juzgaba cumplida, me
autorizó para dar comunicación de ello a cada uno.
1 Véase Ap. Doc. núm. 59.
(**Es17.347**))
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