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fracaso, pues todos los interesados sabían que la
negociación seguía su curso y con éxito seguro.
Por lo cual insistió don Bosco inmediatamente.
Queridisímo Dalmazzo:
Me escribes una bonita carta, pero no me
contestas a la que yo dirigí a monseñor Masotti
sobre nuestros privilegios v a la que escribí al
cardenal Nina sobre las condecoraciones.
Has de advertir que los que van a ser
condecorados son personas que han hecho mucho por
el Sagrado Corazón y están dispuestas a seguir
haciéndolo; pero, presentarnos a ellos sin las
condecoraciones, que les anuncié en nombre del
mismo Padre Santo, no es de buen tono. Recuerda,
pues, la carta a monseñor Masotti y al cardenal
Nina y, después, si hay alguna dificultad. procura
tener una entrevista confidencial con monseñor
Macchi y recuérdale que hacia la mitad de la
audiencia, que el día nueve de mayo me concedió el
Padre Santo, éste lo llamó y le dijo que recibiera
la nota con el memorial sobre los cinco candidatos
a la condecoración favorecidos por Su Santidad; y
que estas memorias fueron entregadas en manos del
caritativo Pontífice. De entonces acá nadie pudo
decirme qué se hizo.
Imagino que, tal vez, el Padre Santo quisiera
evitar ciertas gestiones de oficio, pero conviene
que se hagan los sacrificios que fueren menester,
y que se acuda a monseñor Macchi y se siga.
Cuando vengas aquí, procura traer algo en
concreto sobre nuestros privilegios, como han sido
concedidos a los Oblatos y Redentoristas, ((**It17.400**)) y
sobre las condecoraciones concedidas por el Padre
Santo, que son para nosotros importantes letras de
cambio para el Sagrado Corazón.
No puedo seguir escribiendo. Dios nos bendiga.
Amén.
Turín, 15 de junio de 1884
Afmo. amigo,
JUAN BOSCO, Pbro.
Don Francisco Dalmazzo únicamente llevó la
Encomienda de San Gregorio Magno para el conde
Colle, como ya hemos visto. Se fue el Procurador,
y no tardó don Bosco en volver a insistirle, para
que se diera maña en resolverlo.
Muy querido Dalmazzo:
He recibido el diploma del doctor Giraud de
Niza y ya pensará don José Ronchail cómo
ofrecérselo con una fiesta adecuada.
He recibido también el decreto sobre nuestros
privilegios. Faltan los detalles, pero la
sustancia está toda; si ves a monseñor Masotti,
dale las más humildes gracias de mi parte y de
toda nuestra Congregación.
Para las condecoraciones que ya sabes, bueno
será tener presente que todos ellos son personas
que han dado mucho dinero y están dispuestos a
seguir dándolo para el Sagrado Corazón. Por
ejemplo, el señor de Montigny tiene todavía
preparados diez mil francos para entregar en el
momento en que reciba el diploma de Conde.
(**Es17.346**))
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