((**Es17.343**)
sin recibir respuesta. Aun atribuyéndolo a falta
de tiempo, sin embargo, por miedo a un extravío,
volvió a escribir y así recibió del Siervo de Dios
la siguiente contestación.
((**It17.396**)) Muy
apreciado en el Señor:
Su bondad ha tenido la caridad de enviar dos
mil liras para nuestras misiones de América del
Sur, y ahora se ha dignado hacer otra obra de
caridad, perdonando mi retraso en comunicarle que
recibí enseguida el dinero. Mi salud algo
deteriorada y el vivo deseo de contestar yo mismo
a su apreciada carta fueron la causa de mi
tardanza. De buen grado le doy las más rendidas
gracias por la ofrenda que hizo y le agradezco
también la manera verdaderamente cristiana con que
la hace. Dios le bendiga y recompense con largueza
su caridad.
Usted coopera para salvar almas y asegura
ciertamente la suya. El primer salvaje de la
Tierra del Fuego que sea bautizado llevará su
nombre y, mientras él viva en esta tierra, no
dejará de rezar cada día de una manera especial
por usted, que suministró los medios materiales
con los que pudo proporcionar su eterna salvación.
He visto a la señora Bottagisio, algo
apresuradamente por mi estado de salud en aquel
día. Si vuelvo a verla, espero poder encargarle
también algo para usted. Don Miguel Rúa, don Juan
Cagliero y todos los Salesianos quedaron
edificados de su breve estancia entre nosotros v
esperamos poder tenerle muchas otras veces en esta
casa, que quiero sea totalmente suya.
Dígnese también recomendar al Señor mi alma y
creerme siempre suyo en J. C.
Turín 29 de junio de 1884
Afmo. y s. s. y amigo,
JUAN BOSCO, Pbro.
Por diciembre envió don Bosco al Caballero
quinientos boletos de la rifa de Roma para que los
colocase; pero se los quedó para él, desembolsando
sin demora la cantidad correspondiente y
recibiendo, con la misma prontitud, la acción de
gracias.
Muy querido señor Caballero:
Me atrevía a recomendarle el despacho de
quinientos boletos de la rifa, pero usted resolvió
todas las dificultades quedándoselos, y me envió
al momento el importe correspondiente.
Lo he recibido con especial gratitud, porque en
estos días nos encontramos en verdaderos apuros,
especialmente para vestir a muchachos y
sacerdotes, que, dicha sea la verdad, van todavía
muchos de ellos con ropa de verano.
((**It17.397**)) Que
Dios se lo pague dignamente y le conceda felices
Navidades, buen fin y principio de año. Que la
salud y la santidad le acompañen hasta el último
día de su vida. Si tuviere la suerte de encontrar
y ver a la señora Laura Bottagisio, le ruego que
le presente mil felicitaciones de mi parte y le
asegure que mantengo mi palabra haciendo un
memento especial cada día por ella en la santa
misa.
(**Es17.343**))
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