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podido conocerle todavía, acéptese como aspirante.
Si persevera y corresponde como es debido, podrá
ser novicio el día de la Inmaculada.
Otro clérigo del mismo seminario, hijo de
familia religiosa y rica, no tenía, como el
anterior, la licencia y el certificado del Obispo,
sino una simple declaración en la que se decía que
no podía volver al seminario por razón de
estudios. El documento despertó alguna duda, sobre
todo, porque el postulante no había hecho muy bien
los ejercicios espirituales en San Benigno, pues
charlaba en la iglesia con el compañero. Don Bosco
razonó de este manera:
-Por regla ordinaria, no se debe transigir
nunca con la moralidad. Si hay dudas sobre ello,
es preferible no aceptar antes que introducir en
casa a un individuo con dudas de inmoralidad. Se
puede transigir en cuanto a la disipación, la
escasa educación, la poca aplicación al estudio.
El punto cardinal es la moralidad. La experiencia
nos demuestra que una señal de inmoralidad es la
huida de los Superiores.
Un tercer clérigo, llegado del seminario de
Milán, había deseado siempre entrar en una
congregación religiosa y afirmaba haber encontrado
su nido en la Pía Sociedad. ((**It17.368**)) El
Santo aconsejó tratarlo con cierta cautela según
el espíritu de san Francisco de Sales, hablarle de
la excelencia de una congregación en general y del
favor que hace el Señor a un sujeto con la
vocación.
Un muchacho del Oratorio había aprobado el
examen de reválida del bachillerato, pero no daba
indicios seguros de vocación. Don Bosco observó:
-He hablado con él mismo y está totalmente de
acuerdo en no tomar la sotana este año. Me
manifestó que estaba dispuesto a ponerse a barrer,
antes que salir de nuestras casas. Se le podría
poner con los aprendices, y también he hablado de
esto con él. Por ahora ocúpesele en la tipografía,
en el Boletín o en alguna otra incumbencia de la
casa. Si sigue llevando una vida ejemplar, será
admitido; si diese motivo de queja, salga en
seguida. Si se mantiene bueno y se decide por el
estado eclesiástico, entonces se le propondrá
entrar en la Congregación.
Fueron aceptados dos jóvenes que habían
terminado el quinto curso de bachillerato en
Varazze, y tres que habían acabado el cuarto en
Borgo San Martino. Don Bosco supo que algunos de
ellos encontrarían fuerte oposición por parte de
sus familias e hizo estas sugerencias:
-Hay que preparar a estos jóvenes acerca de las
respuestas a dar.
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