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CAPITULO XIII
INVITACIONES Y FUNDACIONES
FUERA DE ITALIA EN 1884
DESDE dos extremos opuestos de Europa, llegáronle
invitaciones a don Bosco en 1884: desde la
solitaria isla de Malta y desde la inmensa Rusia.
Querían en Malta un colegio, donde fuesen
aceptados gratuitamente muchachos para la
enseñanza profesional. Un rico señor pedía, para
este fin, un programa y manifestaba su deseo de
entablar negociaciones. Don Bosco le envió la
Breve Notizia sobre la fundación del Oratorio de
Turín 1, dándole a conocer su buena voluntad. Sin
duda, se habría arreglado el asunto mucho más
deprisa, de no haber tenido que entablar gestiones
con el Gobierno inglés, celoso por la influencia
italiana en aquella su posesión; pero, tras largos
y laboriosos intercambios de opiniones, se llegó
finalmente a un acuerdo en 1903 con el instituto
de San Patricio, centro educativo floreciente con
escuelas primarias y profesionales muy bien
organizadas.
Sobre la posibilidad de penetrar, en Rusia, no
se podía ni hablar. La obra salesiana era conocida
en las esferas gubernativas, pero se la miraba con
malos ojos. Había disposiciones policiales que
vedaban la entrada del Boletín en el Imperio con
la orden de secuestro en las fronteras. Don Pedro
Pozzan se atrevió a pedir razones de ello al
Director general de Correos del Imperio; y así se
pudo saber que semejante ostracismo dependía de
las ideas religiosas de la revista.
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También estaba prohibido, en todo el territorio
ruso, vender y distribuir estampas de María
Auxiliadora. Sin embargo, tanto el Boletín como
las estampas, pasaban de contrabando desde Polonia
austríaca a Polonia rusa con tan buen resultado
que los rublos enviados por los buenos polacos
sostuvieron válidamente aquel crítico año las
obras salesianas. Un día llegó una carta sin
firmar con unos rublos y estas palabras: <>Cuándo
se romperán nuestras cadenas?>>. Pero más
admirables todavía
1 Véase Vol. XV, pág. 602.
(**Es17.301**))
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