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entre manos la rifa de Roma, pero es cuestión de
unos meses y pronto quedará acabada. Con los
premios que sobren, haremos otra rifa en
Sampierdarena, enviando los boletos a los
cooperadores y a las cooperadoras. Ya hemos
despachado doscientos mil a una lira. Nadie lo
sabe o no hace caso. Hasta ahora sólo los hemos
enviado a los cooperadores. Todo se hizo con la
menor publicidad. El mismo Gobierno Civil de Roma
nos advirtió que procediéramos a toda prisa a la
exposición de los premios, porque estaba muy cerca
la fecha de la rifa. Temía que fuera nula la
ganancia con este retraso y nos exhortaba a darnos
prisa. La respuesta fue que don Bosco daba las
gracias y apresuraría el despacho de los boletos.
Estos señores no saben que ya está todo hecho.
DON MIGUEL RUA opina que será mejor ordenar las
comisiones para el campanario. La rifa podrá
servir para otros fines.
DON BOSCO y el Capítulo aprueban esta
observación y añade don Bosco:
-Aconsejo ir despacio en la construcción ((**It17.342**)) del
campanario, ábranse los cimientos, espérese
después algún tiempo antes de reanudar las obras y
luego sígase adelante poco a poco.
IV. DON DOMINGO BELMONTE pide que se nombre al
que deba hacer de párroco, porque la población no
sabe a quién debe dirigirse y se queja.
DON MIGUEL RUA observa que don Francisco
Cerruti, inspector de Liguria, ya visitó al
Arzobispo para tomar acuerdos sobre este punto.
DON BOSCO viene a decir como de paso: -Mientras
no esté hecha la estadística de los feligreses, no
existe la parroquia. Hay que visitar todas las
casas, incluso las de los judíos y de los
protestantes. Hay que tratar a éstos cortésmente,
decirles la propia condición, añadir que no se les
visita para hablar de temas religiosos, sino para
conocerse, etc. A las familias católicas se les
pregunta: >>Tenéis hijos? >>Van a la iglesia en
las fiestas? >>Están ya preparados para la primera
comunión? Es así como se dan los primeros pasos
para una parroquia.
DON MIGUEL RUA pregunta si el párroco sería
movible o inamovible.
DON DOMINGO BELMONTE: -El párroco será movible.
El Superior presentará al Obispo el nombre de los
que sucesivamente destinará a este cargo y, si
alguno de ellos no pareciere apto, el Obispo dará
conocimiento de ello al Superior para que lo
cambie.
DON BOSCO añade: -No importa qué título pueda
tener el que sea destinado a la cura de almas;
pero no recibirá la investidura como párroco, sino
como Ecónomo espiritual. Una vez que se establezca
la manera de conceder el cargo a este sacerdote,
se presenta al Obispo y éste lo reconoce y lo
destina como representante suyo en la parroquia;
y, después, como representante del Obispo, se hace
reconocer por la autoridad civil. Don Francisco
Dalmazzo me asegura que en Roma los párrocos son
nombrados por un año y sólo con el título de
párrocos; por consiguiente, los párrocos
religiosos pueden cambiarse cuantas veces lo
estime el Superior. Por lo cual, el Obispo
nombrará a uno que hará las veces de párroco y se
verá qué título se le da, de forma que no
comprometa a ninguno y lo señale como Vicario
parroquial.
DON MIGUEL RUA manifiesta que parece que los
votos de todos para este cargo son a favor de don
Miguel Angel Braga.
El Capítulo asiente.
DON ANTONIO SALA pregunta si hay rentas fijas.
DON DOMINGO BELMONTE contesta que hay un título
del Estado por valor de novecientas liras de
renta, concedido por la Curia, y los derechos de
estola. Pero no hay nada por parte del Gobierno y,
por tanto, nada se tiene que ver con él.
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