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recreo y hay accidentes a menudo porque juegan con
verdadero frenesí. Si se quiere que florezca el
oratorio festivo, no hay más remedio que destinar
una parte de la huerta para patio o comprar la
casa colindante, que da al mar y tiene un terreno
espacioso anejo, que era antaño propiedad del
marqués Ignacio Pallavicini. Como quiera que ese
terreno sería para nosotros demasiado amplio, ya
hay quien está dispuesto a comprar una parte, si
la vendemos. La señora Garibaldi ha comprado casi
todo el terreno junto a la colina, detrás del
Hospicio y edificó en él unos veinte chalets para
alquilarlos. Esta Señora nos compraría el terreno
que nos parezca sobrante. Hay un proyecto, no
aprobado todavía, pero defendido por los
ayuntamientos de Génova y de Sampierdarena para
hacer pasar una magnífica calle detrás del Colegio
por la ladera de la colina, la cual quedará
rápidamente abierta al tráfico. Los terrenos
colindantes aumentarán de precio tres veces más.
Sería, pues, muy conveniente para nosotros poder
cerrar cuanto antes este contrato.
DON BOSCO: -El propietario actual es el Marqués
Marcelo Durazzo, heredero de Pallavicini, que
hasta ahora no quiso nunca vender a don Bosco, por
miedo a que no se lo pague, y que no venderá de
ningún modo, si no obtiene un gran lucro de este
contrato. De todos modos, autorizo a don Domingo
Belmonte para tratar este asunto.
DON DOMINGO BELMONTE: -Corren voces de que ya
hay otros que quieren comprar la finca de Durazzo
para poner una fábrica de cintas. Mientras tanto
hay que lamentar que la masonería ha abierto en
Sampierdarena un magnífico parque de recreo
festivo, dotado con toda clase de diversiones,
gimnasia, tiro al blanco, teatro, música, etc.
etc. y de esta ((**It17.341**)) manera
tiene en sus manos a toda la juventud de la
ciudad. Todos llevan al cuello como distintivo un
pañuelo rojo, dan paseos con la banda de música a
la cabeza, etc.
DON BOSCO: -Pues bien tú, Belmonte, trata con
el marqués Durazzo sobre la compra de ese terreno
y no os preocupéis por el precio. Acude a alguna
persona amiga, que se preste a hacer de
intermediario y que explique claramente al Marqués
de qué se trata. Junto a él está en Pegli don
Gaspar Olmi. Hay que lograr que se interese a
nuestro favor.
DON DOMINGO BELMONTE narra que don Miguel Angel
Braga propuso redactar una súplica para que la
firmen todos los párrocos del contorno, don Bosco
y también el Arzobispo. Esta súplica se enviaría a
don Bosco para que la examine y, después, se hará
presentar al marqués Durazzo.
DON BOSCO: -Envíeseme esa súplica de don Miguel
Angel Braga; estúdiese a fondo, hable de ella don
Domingo Belmonte con el señor Dufour y llévese a
efecto el proyecto.
DON MIGUEL RUA añade que, entretanto, se
entienda don Domingo Belmonte con la señora
Garibaldi.
III. DON DOMINGO BELMONTE presenta la cuestión
del campanario que debe levantarse en
Sampierdarena. El toque de las campanas no se oye
a doscientos metros de distancia. Una persona
desconocida envió mil liras para levantar esta
torre. El párroco de Teglia vino para presentar el
deseo de la población de nuestra parroquia por
esta construcción. El propone formar tres
comisiones, presididas por los capellanes de los
dos oratorios y el rector de la Capilla Rolla, con
el fin de recoger limosnas y dar comienzo a las
obras. El Caballero Borgo ha venido a hablar y le
pareció que se puede levantar el campanario donde
está el actual, porque las paredes aguantarán el
nuevo peso, y ya encargó a su yerno que hiciera el
plano.
DON BOSCO dice a don Domingo Belmonte: -Sigue
adelante. Tenemos ahora
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