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don Bosco un año después de su muerte, cuando los
salesianos se vieron obligados a salir de mala
manera de Magliano. Pero don Juan Bonetti,
impresionado por la insistencia de don Bosco en
sostener la necesidad de marcharse, había
recordado con inquietud el caso de Cremona; en
efecto, un año antes de los hechos que conocemos,
también había dicho y repetido don Bosco, sin
motivo aparente, que era urgente retirarse. No se
hubieran podido dar dos casos más parecidos 1.
Tampoco respondían a las intenciones de don
Bosco las condiciones de la casa de Lucca. Situada
en el centro de la ciudad, no permitía libertad ni
desahogo a los alumnos, que estaban en el patio de
recreo a la vista de cuantos se asomaban a las
ventanas desde los edificios que lo rodeaban.
Estaba el Oratorio pero, dada la oposición
((**It17.335**)) de los
párrocos, no iban a él más que unos cuarenta
muchachos cuando más. Estaba también la iglesia,
pero no pertenecía a los Salesianos y necesitaba
reparaciones. En cambio, don Bosco hubiera deseado
que en Lucca se fuera creando una obra parecida al
Oratorio de Turín. Por todos estos motivos y
estando a la venta la finca del Colegio Real,
fuera de la ciudad, deliberó vender el inmueble
que se ocupaba entonces y comprar aquélla. Se
mostró tan resuelto a ello que rápidamente se hizo
la opción de compra; pero no se pudo formalizar el
contrato, por la intervención del Ministerio, que
impuso sacar la finca a subasta, lo cual importaba
que había de pagar mucho más de las dieciocho mil
liras ya concertadas. En aquellas condiciones, el
colegio no pudo tener larga vida 2.
Otra casa, que sostenía una verdadera lucha por
la existencia era la de Faenza. Cuando vieron sus
enemigos que fracasaban uno tras otro sus ataques,
cambiaron de táctica y montaron un centro de
recreo festivo laico, donde entretener a los niños
para que abandonasen el oratorio salesiano. Según
la costumbre del pueblo romañol, en esta ocasión
al menos, se habló claro: el día cuatro de marzo,
se hizo la propuesta a la Junta municipal y se
dijo públicamente cuál era el fin preciso del
centro de recreo. Como el ayuntamiento estaba en
manos de los republicanos y sus partidarios, la
propuesta se aprobó por unanimidad. Se destinó al
objeto un local, que había pertenecido
anteriormente a unas monjas, se asignaron
quinientas liras y se abrió una suscripción 3. La
juventud se dividió, como era lógico, en dos
partidos.
1 Actas Cap. Sup. 16 de enero, 19 de mayo, 26
de agosto, 28 de octubre; 5, 9, 18 de diciembre de
1884; y 12 de junio de 1885.
2 Actas del Cap. Sup., 19 de mayo de 1884.
3 Se publicaron también una circular y un
estatuto (Ap. Doc. núm. 44).
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